La cara de Wilmar Valencia lo dice todo. La mueca de un gesto molesto, indignado, es suficiente para entender el golpe duro que Cienciano le acaba de dar a su equipo. Casi como un derechazo a la mandíbula. Alianza cayó 1-0 en Matute y parece no levantarse. Al menos así lo dice la estadística. Con esta derrota, los íntimos sumaron cuatro consecutivas en el torneo Descentralizado 2013.

En la semana, Valencia había dicho que utilizaría solo a los jugadores que sí quisieran sudar la camiseta. Entonces mandó al banco a Cuba y Villamarín. Entraron los reservistas Serrano y Donayre. En la mitad de la cancha, envió a Peña. Pero no le resultó. En el primer tiempo, apenas generó dos ocasiones de gol. Un remate de Peña y otro de Ciucci. El primero desviado, el segundo atajado por Cisneros. Después, nada más.

Nada cambió en la segunda etapa. Wilmar metió a Quinteros para darle pase gol al equipo pero este estuvo desaparecido. También entró Vidales, pero hizo poco. Hubo momentos de posesión para ambos, pero ninguno generó ocasiones claras. De hecho, la única de Cienciano terminó en el gol de Ramón Rodríguez. Este recibió de Damián Ísmodes, el mejor del cuadro imperial, y remató cruzado de derecha para vencer a Forsyth y darle tres puntos al equipo de Mario Viera.

Alianza no reaccionó, pero sí lo hizo la tribuna. Y parecen darle la razón a Valencia cuando este dice que a sus jugadores les falta “amor propio”. Tras el gol, no se vio a un equipo que empuje el carro hacia un mismo lado para buscar el empate. Lo de Alianza fue pobre en ataque. Pocas variantes, triangulación nula, y muchos remates de lejos desviados. Aunque cabe destacar el buen trabajo del equipo imperial en defensa. Que Alianza no haya generado lo suficiente, tiene que ver también porque Cienciano no lo dejó.

Quedó claro tras este partido que sí existe una ‘Yordydependencia’ en Alianza. El delantero fue controlado bien por Acasiete y Pereyra y poco pudo hacer. Y cuando no lo hace, las ocasiones de Alianza bajan. Eso sí, no hay quien lo habilite. Alianza pide a gritos un 10. Ahí el error. Wilmar los pidió: un 9 y un 10. La administración no aceptó y hoy paga las consecuencias.

Sobre el final del pardito, un cabezazo de George Forsyth tras un córner fue atajado de manera espectacular por Cisneros. Fue la más clara del equipo íntimo en el segundo tiempo. Y fue a través de su arquero. Que haya sido así habla muy mal de lo poco que mostraron los blanquiazules en ataque. Deberán mejorar para la siguiente fecha, que visitan a Juan Aurich.

MINUTO A MINUTO DEL PARTIDO: [w.574]