En su primera etapa con la 'U', en el 2013, Ángel Comizzo sacó campeón al cuadro crema. (Foto: @Universitario)
En su primera etapa con la 'U', en el 2013, Ángel Comizzo sacó campeón al cuadro crema. (Foto: @Universitario)
Ricardo Montoya

sabe. “Mejor mil enemigos fuera de la carpa que uno dentro”, versa un antiguo proverbio árabe, y esa ha sido la primera máxima del temperamental estratega al asumir nuevamente las riendas de la ‘’: armar un grupo solidario con él como cabeza. Por eso blindó a De La Cruz ante la pregunta que inquiría las razones de su titularidad. Por eso también perdió los estribos y respondió, autoritariamente, a la reportera que se la formuló. “En el interior del vestuario todo. Del vestuario hacia afuera nada”, esa es la filosofía con que dirige a su plantel. De momento, le funciona.

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Comizzo sabe. Eso explica el porqué empezó su segunda etapa en tienda merengue pidiendo las necesarias disculpas del caso. No es pecado suponer que, al consagrarse en el Perú en el 2013, creyó que estaba para ligas más competitivas y se marchó, convencido de que no le sería difícil trasladar su éxito al fútbol mexicano. Es un eufemismo afirmar que su salida no fue la ideal. El “yo no me caso para divorciarme” y los refuerzos que sugirió aquella vez todavía crispan y entristecen a la nación crema. El mea culpa fue un gesto inteligente.
Comizzo sabe. Y entiende, perfectamente, que Vivas tiene razón. Lo acabaron ‘yendo’ de Cristal por sus modos más que por sus resultados. Él, tan colérico como su colega, no quiere correr la misma suerte y, esta vez, maneja mejor su intemperancia. Tampoco, aunque le cuesta, se ha boicoteado con sus declaraciones. La madurez va apareada con la experiencia más que con la edad. Ángel David parece haber aprendido la lección.

Comizzo sabe. Sobre todo, de fútbol. No muchos han sido dirigidos por Bilardo y por Menotti en su carrera. Respaldó a Carvallo tras su yerro ante Mannucci y José Aurelio agradeció disfrazándose del hombre elástico en el campo. Apostó por una dupla, sin renombre, en el centro de la defensa. Y con Velarde y Quina el equipo ha recibido tan solo 3 goles. Ramos por ahora debe esperar. Guarderas, un pedido especial suyo, también anotó un gol. En estos momentos la ‘U’ carece de variantes en el ataque, pero ha recuperado el equilibrio y el orden defensivo.

Comizzo sabe. Un plantel corto, que pierde a dos de sus referentes, suele resquebrajarse sin remedio. Sin Denis, ahora en Italia, y sin Lavandeira lesionado, otro entrenador ya hubiese reclamado refuerzos. Ángel, en cambio, se las ha ingeniado para hacer una casa con palitos de fósforos. El verdadero nivel de un director técnico se demuestra más en la escasez que en la abundancia. De La Cruz, respaldado en público, pasó, poco tiempo después y sin aspavientos, a ser un buen recambio. También es aceptable su apuesta por Gerson Barreto, un interesante volante mixto.

Comizzo sabe. Después de su frustrada experiencia con el Morelia y de su discreto tránsito por la Vallejo, esta es una oportunidad fantástica para relanzar su carrera. No le rehúye al trabajo, al punto que los juveniles cremas entrenan en doble horario. También, por supuesto, lo mueve el cariño a una institución con la que ha probado tener química. Eso lo hace consciente de que, independientemente de cómo le vaya en el torneo a Universitario, no puede permitirse el volver a salir por la puerta de atrás del club. Ni él ni la ‘U’ se lo merecen.

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