Universitario y diez secretos del título del Apertura
Universitario y diez secretos del título del Apertura
Miguel Villegas

Los equipos de fútbol, como las familias, se construyen a partir de pequeños detalles: el desayuno, una charla a solas, las discusiones a la hora de la cena. Con Universitario ha pasado así. Desde que se acuarteló en Campo Mar, revisó el vestuario, llegaron los refuerzos, hasta hoy, que celebra el título del Apertura. El fútbol se juega, sí, pero también se aprende. Por estas cosas, también se forja un campeón.

UNO

En verano, recién empezada la pretemporada, el preparador físico uruguayo Ramón Vásquez buscó conversar con Andy Polo y Hacía un calor de infierno en Campo Mar, casi como una resaca de lo que había sido el 2015: un infierno, precisamente. Los buscó, cerca del salón donde está el comedor, los arengó, habló de sus dietas y les pidió cumplirlas con el único objetivo de llegar 10 puntos al Apertura: “Ustedes tienen que ser los cracks del equipo, muchachos”, les dijo. Flores y Polo arrastraban lesiones y sobrecargas y necesitaban hacer una gran pretemporada. Pero conservaban el espíritu amateur aprendido en sus barrios de Collique y Barrios Altos. Cumplieron. Corrieron. Y fueron campeones.

DOS

Lo dijo Oreja Flores y era verdad: la última charla en Lima, antes de viajar a Ayacucho en el debut del Apertura, Roberto Chale reunió al plantel y exigió: “Tenemos que ganar los tres primeros partidos, carajo”. Era una arenga, sí, pero además un plan: sumar nueve puntos –incluida una salida en altura-, permite trabajar mejor, alejar a los críticos, atraer a la gente al estadio. Los planes no salieron cómo pensaba el técnico. Ganó en Ayacucho, empató con Aurich y goleó a La Bocana. Surgieron algunas críticas en los medios. Con 7 puntos, el técnico volvió a hablar: “Ganemos los tres que vienen, eh. Aquí no pasó nada”. Ningún reproche.

TRES

Los primeros triunfos ayudaron a descomprimir el clima pesado del 2015, cargado por las salidas de José Carvallo y Toño Gonzales. También algunas coyunturas: la lesión de Raúl Fernández oxigenó un puesto rodeado de polémica –el famoso 2x2 que instaló Luis Fernando Suárez con Superman y Carvallo- y permitió que Carlos Cáceda, es decir, uno de los aspirantes, se muestre, tome confianza y acabe con los rumores de preferencia por su parentesco con el Puma Carranza. “Cáceda se entrena como yo cuando era juvenil. Merece su puesto”, dijo hace unos días Fernández, cuando ya Cáceda era notable figura y completaba un registro positivo: el portero menos vencido del campeonato (8 en contra). Hoy nadie discute su titularidad, ni el mismo Raúl. Para sacarle el puesto, Fernández tendrá que ser el Superman de Matute, en la final del 2009.

CUATRO

Después de jugar con Aurich hubo una protesta en la tribuna que llegó al vestuario: la dupla García-Benincasa no debe jugar más. Surgió un nombre, más que una propuesta: Adán Balbín debe jugar por uno de ellos. Era una idea desesperada. El comando técnico cerró filas y atendió una petición de la pareja de centrales, que consistía en entrenarse una hora más que el plantel para mejorar el despeje aéreo y el anticipo. Incluso antes de los partidos, en el calentamiento, el preparador de arqueros Elías Acevedo se quedaba unos minutos con ellos para perfeccionar ambos movimientos. El resultado fue ese abrazo de Braynner y Benincasa frente a la popular norte, la noche del 1-0 sobre Cristal. Y la confirmación de que el trabajo lo es todo: a esta fecha, son la defensa menos batida del torneo.

CINCO

El Niupi. ¿Qué es un futbolista hincha? ¿Es posible en estos tiempos? ¿Se puede ser un buen suplente? Un dato podría explicarlo. Guti, Guarderas, Dulanto, Aguirre y Cuba, habituales alternativas del plantel, tomaron con buena onda esta decisión del comando técnico e incluso decidieron bautizar al grupo con un eufemismo generacional que habla perfecto del clima al interior del camarín. “Gracias por dejar en alto el nombre del ‘Niupi’, escribió uno de ellos en Instagram la noche en que Guti fue el héroe de la noche, ante San Martín. Para ellos, y para el grupo en general, el Puma Carranza mandó imprimir ese afiche que pegó en el vestuario el domingo del ‘U’-Cristal: “Me rodeo de futbolistas con garra, determinación y personalidad, los que se comen la cancha. No tolero a los jugadores pasivos, trotones… los mantengo lejos porque contagian su falta de actitud”. Carranza entrenador en su mejor versión futbolista. Otra prueba de la unidad de un grupo que no se detiene en polemizar y suma.

SEIS

Pasó en el 2013 y se hizo cábala. Se juntaban todos luego de un triunfo y Eddie Linares o el utilero al que llaman Piraña o alguien del staff de marketing de la ‘U’ tomaba la foto. De inmediato se viralizaba e iba a Instagram, esa red social que compite con Facebook y que, casi siempre, desnuda tu intimidad. Desde el primer partido del 2016, la cábala volvió. El 5-2 a Ayacucho fue clave para recuperar la escena feliz y ahora, siempre luego de un encuentro, la foto del grupo celebrando en el vestuario es una costumbre. Celebrando que, cuando todos los creían muertos tras un desastroso 2015, la ‘U’ tiene el corazón fuerte de un adolescente.

SIETE

Los grupos se asientan siempre en pesos pesados. En la ‘U’ son seis: Raúl Fernández, Edison Flores, Diego Guastavino, Raúl Ruidíaz, Hernán Rengifo y Braynner García. Ellos negociaron, en la Calle Poussin en San Borja, varios de los acuerdos en beneficio del plantel. Uno, el premio por ganar el título nacional, siempre un bien esquivo en un club de carencias. Allí los jugadores aceptaron las condiciones. Y quizá el más decisivo lo ganaron ellos: volver a concentrar en un hotel, esta vez de San Isidro, en la avenida Salaverry y dejar Campo Mar U, donde pasaron las primeras noches de la pretemporada. Si bien la sede de playa aleja a los curiosos y ha sido modernizada, los líderes pidieron concentrar en un hotel con mayores comodidades y sobre todo, más cerca a sus familias. La administración cedió.

OCHO

Una tarde, aconsejado por su entorno, Juan Diego Gutiérrez evaluó la posibilidad de irse del plantel. Quería jugar y aparecía Muni como alternativa. El extremo urdo había sido un notable jugador en 2015, un muchacho que se tiraba de cara para ganar una pelota cuando otros ‘referentes’ apenas caminaban la cancha. Ocurrió antes del clásico. El Puma Carranza lo buscó y le dijo que no se vaya, que espere, que el grupo lo quería y que el comando técnico le iba a dar una oportunidad. “Guti, ten paciencia, yo sé que vas a jugar y que vas a ser importante para el equipo. Además, eres hincha”, le dijo el Puma. Era también un mensaje de Chale, que una vez le dijo a DT que “varios Gutis hacen un campeonato”. No fue difícil convencerlo. Dos partidos después, Guti fue figura. Y luego, celebró el título.

NUEVE

El alcalde de Ate cerró por enésima vez el Monumental para los primeros partidos y de inmediato la administración tuvo que buscar localía. Dos personajes fueron claves para convencer a las autoridades del IPD de ceder el Nacional a cambio de un acuerdo que le permita a la ‘U’ pagar el alquiler con la publicidad estática de la cancha: Antonio García Pye –ex gerente e hincha del club- y Germán Leguía –actual gerente crema-. La idea era no perjudicar a la selección, que jugó ahí sus partidos de local por Eliminatorias, y tampoco los conciertos programados. El resultado es este número: 79.793 mil hinchas por las 4 fechas que le tocó jugar en el Nacional, un promedio de 20 mil personas por encuentro. En eso, la ‘U’ también fue el mejor. Y aunque el Monumental es su imponente estadio, nadie puede discutir que históricamente, el querido Nacional de Lima ha sido también la casa de la ‘U’ por muchísimo tiempo.

DIEZ

Chale dijo que su equipo iba a ser ofensivo y su equipo es ofensivo: tiene 27 goles el líder del Apertura. Chale dijo que su equipo iba a jugar igual en cualquier cancha y va a Ayacucho y gana, y visita Matute y celebra 2-1. Y choca con Cristal para definir el título y va y le gana con un golazo de chalaca. Chale escuchó críticas sobre su polémico manejo su vestuario –que a unos aterra-  y apenas termina el clásico, el Puma Carranza lo llama para contarle “que los muchachos ganaron por ti, Roberto, que te dedican el partido”. Y una hora después de ganar el clásico empieza el desfile de jugadores –Cáceda, Guti, Guastavino, Romero, Braynner, Benincasa, Oreja Flores, Ruidíaz, y luego llegaron todos– por la clínica donde Chale ya se quiere levantar, para decirle que se ponga bien porque este es su equipo. Incluso Guastavino, su as de copas, toma la palabra en la clínica y le dice:

-“Profe, usted tiene que volver a celebrar con nosotros lo que empezó con nosotros”.

Chale, emocionado, los abrazó a todos, uno por uno. Gastó una broma. Hizo promesas. Se tomó los días necesarios y podría estar este jueves en el Nacional contra Melgar. Cuando tienes un Niño Terrible en casa, es suficiente decirle que lo quieres y ya. Suficiente.

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