MIGUEL VILLEGAS Redacción online

En el año del Centenario de Lolo, un Fernández tiene que ser el mejor siempre. Se llama Sebastián, es uruguayo, tiene 23 años y cuando contaron que era un delantero rápido y hábil a más de un treintón se le vino la imagen de Tomás Silva, un hombre que hizo historia en el hincha de la popular. Está lejos, naturalmente. Pero tiene toda la intención de que se acuerden de él por mucho tiempo.

El Chapu generó el primero crema, tras una corrida que terminó en autogol. Después, fue un papelón del Nasarawa de Nigeria, que viajó casi 24 horas para llegar hasta Lima y ayer mostró un pobrísimo nivel y peor estado físico. Basta decir que cayeron ocho jugadores con calambre. Terrible.

Difícil evaluar a la ‘U’ contra un rival tan discreto. Como tomarle una prueba de sumas y restas a un ingeniero. Hubo tanta inocencia en el cuadro nigeriano que apenas al minuto, el ‘Chino’ Ximénez apareció como puntero y casi genera el 1-0. El ‘Chino’, que es tan veloz como un taxi en tráfico de 9 de la mañana. Eso no quita, por supuesto, que la ‘U’ de Comizzo haya afrontado el partido de presentación ante su gente con absoluta seriedad. No solo corrió todo el primer tiempo sino que generó hasta cinco opciones claras que no pudo concretar en el arco del nigeriano Godson. Fue serio y eso es lo que se exige.

El podio le perteneció, de largo, a Sebastián Fernández. Primero por derecha, luego por izquierda, mostró las aptitudes que aparecían en sus compilatorios en You Tube: velocidad, panorama, definición. Fue suyo el 1-0 pues aunque no lo hizo, generó toda la jugada. Se fue por derecha, le sacó dos cuerpos a su marcador y tiró un centro al ras para Ximénez, que anticipó un defensa para el primero de Universitario. Esos dos no deben haberse visto nunca en la vida pero cuánto se conocen: cuando el Chino fue por derecha, el Chapu se acomodó al centro. Y viceversa. Es la dupla que mejor funcionó.

Detrás, el otro refuerzo sobre el que estaban puestos los ojos se llama Diego Guastavino. El gol del 2-0 no lo define. Tiene un nombre demasiado pesado para un tipo que juega con la camiseta número ‘10’, y que tiene la función de ser el creativo. Tiene visión y juega a traición: siempre a las espaldas de sus marcadores. Cuando se conectó con los dos uruguayos en ataque, fue la U que quiere Comizzo. Que es agresiva y protagonista.

Quedan todavía algunas preguntas por resolver. ¿Se ha podido acoplar la defensa con Allocco y Carvallo, por ejemplo? Anoche, José fue un espectador. Se subía a la tribuna, pedía un sandwich, y nada pasaba en el arco de la U. Se iba a su casa a verlo por la tele, y tampoco. Una más: ¿Tienen sitio los Sub 20 Gómez y Guarderas en el mediocampo estudiantil? Toca esperarlos y probarlos. En la previa, Rafael puede pelearle tranquilamente el puesto a Rainer Torres.

La U ganó, y eso también es importante. No es un gran equipo, todavía. Tiene chispazos, individualidades, nombres que asoman. No es un equipo compacto aún. La buena suerte del cuadro de Ángel Comizzo es que César Vallejo, su primer rival por el torneo 2013, tampoco lo es.