HORACIO ZIMMERMANN @Horacon Redacción Online

Waldir era un maestro del gol. Un delantero majestuoso para la definición. Difícilmente erraba un mano a mano. Su vida era ver, oler, oír, comer y palpar el gol. La mayoría los hizo de izquierda. Aunque había uno que otro con derecha o la cabeza. Pero la zurda era su mejor amiga y el área, su hábitat natural. Vistió varias camisetas, pero ninguna le quedó mejor que la de Alianza Lima. Hacían una dupla perfecta. Insuperable. Y, de hecho, lo son hasta la fecha. Waldir es el goleador histórico de Alianza con 178 goles. Un récord que por ahora está fuera del alcance de cualquier delantero íntimo en competencia. Así y todo, Waldir lleva una cruz sobre su espalda. El club por el que dio todo nunca reconoció sus logros y mucho menos lo homenajeó.

Pasó una, dos, tres y hasta cuatro directivas y Waldir jamás recibió siquiera un partido de despedida. Algo que sí sucedió con Jayo Legario, por citar un ejemplo. Aquel día, Waldir estaba en la tribuna de Matute. Alianza enfrentaba a Garcilaso y Jayo decía adiós al fútbol. Los hinchas le pedían fotos y autógrafos. Él accedía. No tenía ningún problema. Hasta que se inició el homenaje y Waldir sintió pena. Su piel se escarapeló. Solo por unos minutos. Él hubiera querido estar en los zapatos de Jayo. Despedirse con aplausos y el coro de su nombre en Matute.

“Siento una envidia sana. A Jayo le hicieron en el partido y a uno no le han hecho nada. Pero los dirigentes tienen su forma de pensar y de despedir a sus jugadores. En mi caso nunca hubo esa iniciativa (de los dirigentes). Yo siento un poco de bronca por no haber tenido ni un partido de despedida. Es injusto. Alianza cumplió 112 años la semana pasada y nada”, reconoció a elcomercio.pe.

El reconocimiento nunca llegó de parte de cualquiera de las directivas íntimas. Pero no sucede lo mismo con los hinchas. Estos sí reconocen que Waldir fue pieza clave en la consecución de los títulos del 97 (hacía 19 años que Alianza no campeonaba) y del 2001, año del centenario del equipo de La Victoria, y, obviamente, su galardón como goleador histórico. La encuesta que realizó elcomercio.pe da fe de ello. Sáenz fue elegido por los fanáticos como el máximo ídolo de los últimos 25 años del club. Y eso es suficiente para el popular Wally. La gratitud del pueblo íntimo es su partido de despedida. No pide más.

“Me quedo con el reconocimiento de la gente aliancista. Me basta y me sobra. Con esto me siento tranquilo y feliz porque sé que lo que uno hizo el hincha lo reconoce. Ellos saben, se acuerdan y eligen. De verdad que me das una alegría tremenda. Solo me queda agradecer a la hinchada”, comentó un emocionado Sáenz tras escuchar el resultado del sondeo.

“LE DEBO TODO A ALIANZA” Pero, ¿qué significa Alianza para Waldir? Él lo resume de una manera fácil. “Mi segunda casa”, dice. ¿Por qué?, le pregunto. “Porque soy lo que soy, y tengo lo que tengo gracias a Alianza”. Contundente. No hace falta volver a preguntar. Aunque él pide agregar algo que lo ha repetido a lo largo de su vida: “Alianza es lo más grande del fútbol peruano”. ¿Pensará lo mismo de él el club?

Hoy Waldir ve los partidos de Alianza en su casa. A veces con amigos. Pero siempre frente a un televisor. No va mucho al estadio. Y era imposible no preguntarle qué opina del equipo de Wilmar Valencia. Y otra vez Wally fue certero: “Le falta un Marquinho o un Marco Valencia”. “Al equipo le falta un ‘10’ de experiencia. Con un pensante creo que le iría muy bien. Dios quiera que el equipo obtenga la madurez rápido”, nos dice Waldir. Que era Waldir y no Baldir. Que es el goleador histórico de Alianza Lima. Aunque sin el reconocimiento de su club, su casa. Alianza está en deuda.