Willyan Mimbela: autor del golazo de la fecha [INTERACTIVO]
Miguel Villegas

Salvador Capitano creyó que bromeaba. “Gano 300 soles, profe”, le dijo. En el 2010, 300 soles no eran ni cien dólares. Willyan Mimbela pertenecía al América Cochahuayco y un tío cercano lo había llevado a probarse a la ‘U’ desde la canchita de su barrio en el Callao, donde pasaba defensas como conitos. En ese partido de práctica, Capitano lo vio amagar a Schuler y Duarte con facilidad, y dar un pase gol. En realidad no cayeron, se derramaron.

Preguntó a un directivo de la ‘U’ de Pinasco, Noli y León Pallete por su situación. Era de la ‘U’ y, si era necesario, lo mudarían al viejo estadio Lolo Fernández de Breña. Allí tendría desayuno, almuerzo y cena. Así fue. Capitano, entonces entrenador de la ‘U’, lo hizo debutar contra Melgar en Arequipa. Luego vino la Libertadores Sub-20 con Javier Chirinos, cuando fue figura y campeón. Mimbela jugaba con el ‘9’ en la espalda, pero era un natural extremo por derecha con libertad para desplegarse. Le gustaba patear de lejos y amagar rivales. Estaba escrito desde niño: se había criado en Gambetta, el Callao. No podía ser un tronco.

Su historia de vida es un guion para una película: el chico pobre que almuerza poco y mal, con talento exagerado para la pelota, con una chance en la ‘U’, luego otra en Huancayo y Cristal, y esta de Alianza Lima, donde acaba de marcar un golazo de otra liga. Y es, además, la prueba del triste presente de su generación. La ‘U’ campeona de la Libertadores Sub- 20 formaba con Cáceda, López, Duarte, Schuler, Dávila, Vargas, Romero, Mimbela, Flores, Polo y La Torre. De esos once jóvenes, ninguno juega afuera. Y al contrario, tres de ellos volvieron: Oreja Flores de España, Polo de Colombia y Ampuero (eventual titular) de Italia. Christofer Gonzales formaba parte del plantel; hoy está en Colo Colo de Chile. La última luz que se ha prendido es la del chalaco Mimbela.

Pasaron cinco años de su debut en Arequipa. Cincuenta y siete goles en Primera. La vida es otra. Ya no tarda dos horas y media para llegar desde Gambetta hasta Campo Mar: tres buses y un mototaxi. “Y siempre llegaba primero que todos los juveniles”, afirma José Olaechea, jefe de prensa de la ‘U’ de entonces. Ya no es el jugador que se negó a firmar las planillas de la ‘U’ de Julio Pacheco en el 2010 y que se escapó en la maletera de un auto para que no lo obligaran a hacerlo. Tiene esposa y dos hijos, Jeanluca y Briannia. Jugó sus tres primeros partidos en Alianza y tiene tres goles. El sueño intacto y cumpliéndose.

La primera vez que tuvo contacto con El Comercio, el atacante de Alianza que fichó Guillermo Sanguinetti en el pasado verano para pelearle el puesto a Cueva, dijo un par de cosas que hoy cobran vigencia. Estaba por irse a Brasil, a probarse al Inter de Porto Alegre.

–¿No te duelen las patadas?

–Un poco. Pero mi papá dice siempre que si te patean es por algo: porque eres bueno. El día que te rompan la pierna, ahí recién sales. Antes no.

No es necesario tanto. Con que él siga pateando así como la tarde del domingo, todo bien.

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