Yuriel Celi jugará por primera vez en Primera División. (Foto: GEC)
Yuriel Celi jugará por primera vez en Primera División. (Foto: GEC)
Marco Quilca León

El esfuerzo doble de su madre después del fallecimiento de su padre. Los días que se levantaba a las cinco de la mañana para hacer ejercicios antes de ir al colegio. Las polladas que se organizaban en su barrio, en Santa Marina Sur del Callao, para que reemplace los viejos chimpunes desgastados por unos nuevos y seguir pateando un balón. El aguante incondicional de sus familiares y los elogios constantes de sus vecinos que le gritaban: “Cuando llegues a Primera no te olvides de mí, eh”. Su primer llamado a la selección sub 15, con la que jugó un Sudamericano en Argentina en el 2017. La emoción de ver a su tía ingresando luego de anotarle un gol de penal a Bolivia en el  de abril pasado que se jugó en el Perú.

Los recuerdos aterrizaron en la memoria de mientras escuchaba su nombre en la lista para enfrentar a Piratas FC. Jorge Araujo le dijo que su momento de debutar profesionalmente con Cantolao. Lo asumió con la esa madurez que lo caracteriza, pero no pudo evitar el nerviosismo. Por un momento vivió un déjà vu. Recordó su primer día en la academia del club chalaco. Tenía 8 años y estaba nervioso. Pero así como perdió la timidez una vez que pateó el balón, Celi hizo lo mismo cuando empezó el duelo ante los lambayecanos. Su biotipo (177 centímetros y 78 kilos) ayuda para chocar con los rivales y su actitud (esa que nos mostró en el Sudamericano) para perder el miedo a patear al arco, algo común en los debutantes. Incluso, casi anota un golazo desde fuera del área.

Yuriel es el segundo jugador en el fútbol peruano en estrenarse siendo categoría 2002, tras Osama Vinladen Jiménez con Unión Comercio en el 2018. Además, es el primero de la última Sub 17 dirigida por Carlos Silvestri en hacerlo. Celi ha tenido hoy la recompensan a su esfuerzo y de su familia. Así como él, hay millones de niños/adolescentes que luchan día a día por cumplir su sueño de jugar en Primera. Algunos logran el objetivo. Otros se quedan en el camino.

Tras su auspicioso debut, muchos hinchas recordaron el caso de Reimond Manco (el claro ejemplo de lo que no debe pasar en una promesa del fútbol peruano). Lo plasmaron en las redes sociales. Todos pidieron calma con Yuriel. “Hay que llevarlo de a pocos”, dicen. Sí, es cierto. El jovencito ha dado el primer paso en un nuevo mundo y se espera que no sea el último. Llegar hasta la élite de nuestro fútbol es difícil como una travesía llena de obstáculos, pero mantenerse lo es aún más. Dependerá de él, de su entorno y el propio periodismo que triunfe. 

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