Bastó una noche de observación para abandonar el hospital. Vendado en la mano derecha, producto de un golpe, el peruano Luis Advíncula dejó el nosocomio y dijo: “La Virgen de Guadalupe me ha protegido”. Y mostró un pequeño amuleto que lo acompaña siempre. El futbolista había estrellado el jueves su automóvil contra un árbol.

A la salida del hospital Advíncula casi no habló. Solo se limitó a decir que estaba “bien”. Acto seguido, mostró el amuleto de la virgen. Luego desapareció. Junto a él estaba Cesar Thier, preparador de arqueros de la Sub 23 del Hoffenheim.

El futbolista, de igual manera, permanecerá diez días descansando. Por lo tanto, no será parte del equipo que enfrenta hoy al Hannover por la Bundesliga.

Existe una posibilidad de que el peruano sea multado por exceso de velocidad. Se dice que el futbolista iba a 80 km/h cuando chocó su auto en una vía en la que está permitido ir a máximo 30 km/h, según informó la cadena RNZ.