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Conoce a Isabel Aco, la abanderada del Perú para los Odesur - 1
Redacción EC

María José Fermi

Isabel nació en un hogar donde la primera palabra que se esperaba de un bebe no era ‘mamá’. Tampoco ‘papá’. Lo que un recién nacido en la familia Aco debía decir es ‘kiai’; si lo gritaba, mejor. Y es que los Aco son uno de los rostros del karate en el Perú.

Isabel, que hoy tiene 20 años, creció en una casa donde parte del piso no estaba cubierto con losa sino con un tatami. Su padre había convertido parte del hogar en dojo y recibía a decenas de niños y jóvenes todos los días. Marco, Juan e Israel, los tres hermanos mayores de Isabel, también paraban allí. Y ella, la más chiquitita y la única mujer, quería ser igual que sus hermanos y su papá.

“Yo siempre imaginé que serían mis hijos hombres los entrevistados por el karate. Pero no, es mi hija mujer la reconocida. Es que ella tiene el coraje de sus tres hermanos juntos”, dice Luzmila, la matriarca de la familia Aco Bravo.

Y a Isabel sí que le sobra coraje. En los últimos doce meses se ha ganado, a punta de puñetes y patadas, las medallas de oro en los Juegos Bolivarianos y el Sudamericano de Karate de Mayores. No solo eso; en el 2013 se llevó el bronce en los , un Mundial del más alto nivel adonde van los deportes no olímpicos.

Por eso, este viernes cuando se inauguren los Juegos Sudamericanos 2014, Isabel será la encargada de llevar la bandera peruana en brazos. Sí, son sus primeros Odesur  y la karateca ya fue elegida entre los 251 peruanos de la delegación como la más adecuada para encabezar el desfile.

Isabel se llevó el oro en los Juegos Bolivarianos 2013. (Foto: Prensa Cobol)

Antes del éxito

Pero no siempre fue así. El camino de Isabel no estuvo asfaltado. “Hubo un tiempo en que las personas no confiaban en mí”, explica ella. Cuando recién ingresó a la selección nacional, Aco tenía 14 años y hasta los 17 solo ganaba bronces. Entonces, en su primer torneo de mayores se llevó un oro. ¡Y en un Panamericano! “Muchos decían que había sido un golpe de suerte, que me había tocado una llave fácil. Y fui a los World Games a demostrarles lo contrario”. Isabel quedó tercera, tras perder en semifinales ante la actual campeona mundial. Dejó a todos con la boca cerrada.

La karateca, que decidió estudiar Psicología en San Marcos para ayudarse en su carrera deportiva, ha encontrado la fórmula para tentar lo más alto del podio. Escribe sobre sus experiencias y se habla a sí misma. “Me ayuda a darme ánimos y aprender. Llevar la bandera es un orgullo y también una presión. Pero en el tatami me olvidaré de todo. Solo estaremos mi contrincante y yo. Sé que puedo lograrlo”. Y, escuchándola, es imposible no creer en ella.

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