Leclerc ha ganado dos carreras, pero ha tenido otros dos retiros. Mientras, Verstappen es el líder del campeonato. (Foto: EFE)
Leclerc ha ganado dos carreras, pero ha tenido otros dos retiros. Mientras, Verstappen es el líder del campeonato. (Foto: EFE)
/ MATT DUNHAM / POOL
Daniel San Román

Bastaba mostrar el color escarlata de los monoplazas para que los rivales simplemente sintieran respeto. Desde su primera aparición en el Gran Premio de Mónaco de 1950, la Scuderia ha marcado su historia en la división con episodios de fuegos. Miembro de los cuatros grandes de la categoría, división conmemorativa que conforma con Williams, McLaren y Mercedes, destaca sobre todos los equipos de la grilla por ser el equipo activo más antiguo del campeonato, el que ha conseguido más victorias, el que ha sumado quince campeonatos de pilotos y dieseis copas de constructores. Además, ha visto sobre el paddock histórico a notables pilotos como Michael Schumacher, Niki Lauda, Juan Manuel Fangio, Alberto Ascari, Alain Prost, Nigel Mansell, Gilles Villeneuve enfundarse en su antiflama.

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“Estar en Ferrari es algo más que correr en F1″, admitió en su momento Fernando Alonso e incluso Lewis Hamilton, con todos sus títulos, ha afirmado que le hubiese encantado ser piloto del equipo italiano. Todos quieren a Ferrari porque más allá del rendimiento que puede tener se trata de un equipo con tradición y consolidado. Así por más que no se alce con ningún campeonato desde el 2008, el equipo no ha perdido el brillo de la grandilocuencia. Y es que tal vez el haber estado relegado en últimos diez años de las posiciones de vanguardia y alejado de los reflectores protagónicos, ocultaron la pérdida de precisión, maña y estrategia de una escudería que siempre se jactó de ganar por la inteligencia de sus directores de escudería. Queda claro hoy que Mattia Binotto está a kilómetros de Jean Todt y en cada carrera la distancia no hace más que ampliarse.

No caben dudas que el monoplaza de esta temporada es el mejor de la última década. Es evidente que los Ferrari son los únicos que están en condiciones de quitarle el protagonismo a Red Bull, que Leclerc tiene lo necesario para pelearle a Verstappen y que Sainz no tiene nada que envidiarle a Checo Pérez. Sin embargo, el problema que se evidencia hasta el momento son los caos en las estrategias de la casa italiana. El vehículo no es fiable, no cabe duda, pero las malas decisiones en detenciones de boxes y absurdos fallos en el pitlane son una constante en las últimas carreras. Un blooper esperado. Un meme recurrente.

Hoy Leclerc está tercero en el campeonato a 41 puntos del liderato mientras la escudería marcha segunda en la copa de constructores a 64 de Red Bull. ¿Está todo definido? Si bien faltan muchos puntos por venir, y fechas tradicionales por disputarse, la tendencia diría que es complicado que se revierta lo visto sin embargo estamos ante Ferrari. A los cavalinhos nunca se les puede dar por domados. Esa es la diferencia entre Ferrari y los demás. Es por eso que todos quieren pasar por la dulce tortura de vivir la adrenalina que históricamente ha regalado Maranello. Por aquel sufrimiento que siempre antecede la gloria de la victoria tiffosi.

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