DANIEL SAN ROMAN (@dasanroman)

Cuando Levigne catalogó a la etapa de hoy como el infierno del Dakar nunca pensamos que heriría al equipo peruano con tanta efectividad. Hoy cuatro pilotos locales de la división de camionetas han terminado su participación doce días antes de lo esperado

A primera hora dos de los pilotos, Ricardo Medina y Lucho Mendoza, que anoche decidieron dormir en el desierto, abandonaron el sueño y tuvieron que dar por concluida su participación.

Medina no logró arreglar su Polaris a tiempo y no llegó a la partida. Aún no hay una versión oficial sobre los daños sufridos por su vehículo y queda pendiente la explicación de por qué en la página de la organización aparece como excluido.

Mendoza, por su lado, quedó fuera producto de que la vuelta de campana de ayer dañó su camioneta duramente, y pese a los esfuerzos, no pudo repararla y tuvo lesiones, aunque no de consideración. “La gente de la organización inicialmente diagnosticó que nos habíamos roto algo y nos mandó a Lima en ambulancia pero al final no ha sido así. Se acabó nuestro Dakar. No sé ni qué sentir salvo que, una vez más, la sacamos barata. Ahora debo quedarme quieto por unos días”, admitió el popular Lucho Mendoza.

Otro peruano que se quedó en la partida fue Raúl Orlandini. El bicampeón peruano no logró reparar el motor de su prototipo en la noche y hoy se ha visto obligado a entregar la tarjeta de tiempos antes de lo esperado.

Juan Dibós y Gonzalo Yzaga, quienes ayer llegaron bastante retrasados a Pisco, han sido el último abandono peruano de la jornada. La dupla tampoco logró pasar el primer Way Point del día. Según informaciones preliminares el problema habría sido el motor de la FJ.

Tras estos abandonos, sumada a la baja de ayer de Juan Fernando López, el equipo peruano de camionetas se ha reducido de catorce competidores a solamente nueve.

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