Impresionante vista de lo que es el Estadio Atlético que se ubica en la Villa Deportiva Nacional en San Luis. Detrás se puede ver la pista de entrenamiento, que ya está lista. (Foto: Lima 2019)
Impresionante vista de lo que es el Estadio Atlético que se ubica en la Villa Deportiva Nacional en San Luis. Detrás se puede ver la pista de entrenamiento, que ya está lista. (Foto: Lima 2019)
Redacción DT

Los Panamericanos y Parapanamericanos están consiguiendo toda la expectativa que merecen. Luego de los Juegos Olímpicos, es el evento deportivo más importante y todo el país espera que estemos a la altura de este hecho histórico. La inversión en capital humano, social y en infraestructura es inmensa. Los ojos del mundo se pondrán sobre nosotros, y nuestros deportistas podrán mostrar sus capacidades, el amor a sus disciplinas y el enorme esfuerzo por una medalla que deje el nombre del Perú en lo más alto. Sin embargo, acabados los Juegos, la pregunta vital será la siguiente: ¿cuál es el futuro que queremos para el deporte?

El sábado pasado, el presidente Martín Vizcarra remarcó estas palabras que suscribo: “El deporte es fundamental en la formación de todo ser humano. Todos tenemos la obligación de apoyar el deporte para tener seres humanos que se desarrollen de manera integral”. Asimismo, hace unas semanas acompañé al primer ministro Salvador del Solar en la entrega del centro acuático del Complejo Deportivo de Villa María del Triunfo. Del Solar recordó su paso por la selección de waterpolo y dijo que “el verdadero legado [de Lima 2019] es la enorme cantidad de jóvenes que harán del deporte la experiencia de su vida”.

Estoy de acuerdo con ambos, y para que esto ocurra, para que el deporte se convierta en la gran experiencia de vida de todos los jóvenes, debemos pensar en Lima 2019 como un hito en la transformación de la historia deportiva nacional. Asimismo, se debe tener una visión ex post de los Juegos, pensar en un legado que pueda generar nuevos y más logros deportivos, pero, principalmente, una revolución social en nuestros jóvenes, en la que el deporte sea un gran elemento para su desarrollo personal.

Desde el IPD hemos cumplido con nuestra parte otorgando a la fecha el 92% de las subvenciones a las federaciones que participarán en los Juegos y ampliando el Programa de Apoyo al Deportista. Este año hemos impulsado programas descentralizados de masificación del deporte, que a la fecha han beneficiado a más de 500 mil personas e identificado a 776 nuevos talentos en todas las regiones. Gracias al impulso de Lima 2019, pensamos postular a Lima como capital deportiva de América para el 2020 y al Perú como país sede de los Juegos Latinoamericanos de Olimpiadas Especiales 2021.

No volveremos a ser los mismos luego de Lima 2019. Estos Juegos nos deben convertir en un país con una capital modernizada y adaptada a los más altos estándares deportivos. Lima 2019 es un salto para disminuir nuestra brecha en infraestructura deportiva. Sin embargo, este no es un punto de llegada, sino un punto de partida para convertirnos en una potencia deportiva y, sobre todo, para poner al deporte al servicio de nuestra sociedad. Lo que viene luego va a ser determinante: un concurso de voluntades de cada uno de los peruanos y, como dijo también el presidente Vizcarra, será el momento de “renovar nuestro compromiso de un trabajo conjunto para tener un mayor apoyo al deporte”.

Es el momento de convertirnos en un país donde el deporte sea el centro de discusión cuando pensamos en el desarrollo, donde los deportistas sean el centro de nuestra atención y sus logros nuestro modelo de éxito. Y que los niños, niñas y jóvenes, sin importar habilidades físicas o intelectuales, encuentren en el deporte un gran impulso para alcanzar sus metas personales y profesionales.

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