'Manu' es ahora una leyenda de la NBA y del baloncesto sudamericano- (Foto: Reuters)
'Manu' es ahora una leyenda de la NBA y del baloncesto sudamericano- (Foto: Reuters)
Juan Miguel Jugo Rebaza

El Maradona del básquet. El Fangio del baloncesto. El Monzón del aro. A no se le compara con otros basquetbolistas argentinos (los supera a todos), sino con otros número uno del deporte de su país. Es la principal prueba de que nadie discute su impresionante influencia como escolta, tanto en la selección argentina como en los Spurs de EE.UU. Mezcla potente de talento natural con auténtico nervio competitivo, Manu mejoró temporada tras temporada y logró su mayor mérito: acercar el básquet de la FIBA al mundo NBA. Que es como acercar a los humanos a los extraterrestres de 2 metros.

En baloncesto, la liga profesional de Estados Unidos, la NBA, es de otra galaxia. Durante décadas siempre fue inaccesible para el resto de países. Solo los soviéticos y yugoslavos en los 70 y 80 pudieron alcanzar tal prestigio, pero tuvieron muchos problemas para adaptarse o conseguir ser titulares en cualquier equipo del estratosférico campeonato norteamericano.

La llamada “capital” del baloncesto argentino, Bahía Blanca, tuvo su mejor fruto con Manu, quien se se presentó al DRAFT de la NBA en 1999, después de haber jugado dos temporadas en Italia.  Recién en 2002 fue elegido por San Antonio Spurs en el puesto 57, avizorando un nuevo destino en su vida. Ese año el popular 'Obi Wan' demostró acoplarse rápido a la liga, se volvió protagonista y consiguió ganar su primer anillo alternando en casi todos los partidos. Esta estadística es importante, porque alternar y ser campeón es complicado en la NBA. Por mencionar un ejemplo, Michael Jordan hizo su debut en 1984 y recién obtuvo su primer anillo en 1991 con los Chicago Bulls. 

Jugar en la NBA es el sueño de cualquier basquetbolista, pero hacer historia como lo hizo Manu, lo han conseguido muy pocos jugadores.  Sin embargo, su momento más importante fue ganar la presea dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, mostrando solvencia y liderazgo, sobre todo jerarquía ante Estados Unidos en semifinales y la selección italiana en la final. Desde aquel momento, la vida del deportista sudamericano en el baloncesto cobraría un rumbo distinto, porque fue la primera vez que una selección de esta parte del mundo conseguía tal lauro.

Aquel 27 de agosto de 2004, Argentina derrotó a Estados Unidos en semifinales de JJ.OO, el creador y eterno dominador del baloncesto. Los gauchos habían destituido al mentor, como lo hicieron en el fútbol ante Inglaterra con otro rebelde en el campo, Diego Armando Maradona en México 86 y la famosa ‘Mano de Dios’. Aquella vez, Atenas fue testigo de la mano del ‘Manú’ hecha poesía en el campo de juego. El éxito también se tradujo vistiendo la camiseta de San Antonio Spurs, equipo en el cual formó el trío más ganador de la historia de la liga junto a Tim Duncan y Tony Parker, haciéndose acreedor de cuatro anillos, en 16 temporadas. Estos motivos podrían convertirlo en el primer sudamericano presente en el Hall Of Fame.

Perteneció a la generación de Pepe Sánchez y Lucas Victoriano, de hecho, era visto como menos crack que ellos en sus inicios. Pero el estirón físico que pegó para llegar al metro 98 fue casi tan fuerte como su avance deportivo. A su capacidad de sólido tirador y excelente pasador, Manu sumó valores como un defensor intenso, capaz de cubrir a cualquier jugador, incluso a genios como Kobe Bryant, quien ayer lo incluyó entre los rivales más completos que jamás tuvo.  

Por como revolucionó la historia, no solo del básquet, sino del deporte argentino, bien vale preguntar: ¿Es Emanuel Ginóbili el mejor deportista en la historia de Argentina? Si uno dice que sí, no estaría pasando por loco.

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