Melissa García

Rafael Nadal no es un ser normal. Es un fenómeno disfrazado de tenista que se las ha ingeniado para dejar boquiabiertos a los mejores del mundo desde que tenía 15 años. Es ese genio despeinado que a sus 27 años ya lleva 13 Grand Slam a cuestas. De hecho es, para muchos, uno de los mejores deportistas de la historia.

Pero él no se la cree. O al menos eso parece. Su tímida voz de españolísimo acento (que alivia los nervios a cualquiera) explica que eso de “ser el mejor” a él realmente no le interesa. “Salir a la pista pensando que lo eres y que por ese motivo vas a ganar sin luchar es lo peor. Lo primero que hay que tener, desde mi punto de vista, es humildad”, dice. Y vaya que se cree el discurso. Rafa es pausado, correcto, extremadamente diplomático hasta para referirse a sus logros más alucinantes. En verdad, no parece de este planeta.

*Decías hace unas semanas que ser el número uno no era tu objetivo principal. Ahora que lo conseguiste, ¿qué se siente volver a encabezar el ranking ATP? * Creo que es la recompensa por haber jugado a un buen nivel durante todo el año. Ser número uno significa que has hecho las cosas bien por mucho tiempo y eso es, sin duda, el reto más complicado del tenista. Porque uno puede ganar un torneo, tener una o dos semanas muy buenas, pero conseguir esto quiere decir que has sido el más regular.

La emoción que proyectas en la pista cuando obtienes logros como este es algo que contagia a todos… Para mí el deporte siempre fue pasión y espíritu de lucha y superación. Es pelear aun siendo consciente de que no vas a ganar, esforzarse al máximo sin saber si tu recompensa va a estar allí. Y así es como lo vivo a diario.

En ese sentido, ¿qué significó para ti una lesión como la que te mantuvo tantos meses alejado de las canchas? Son contratiempos que suceden en la vida y a los que hay que reponerse, como en todo.

¿Te hizo pensar en algún momento en lo que sería tener que retirarte? No, no esta vez. Yo quería trabajar para recuperarme y tener la posibilidad de volver a competir. Nunca pensé que esta lesión podría llegar a retirarme, tenía confianza en los médicos que me atendieron y en el equipo que me rodea.

Y regresaste a lo grande, incluso para representar a tu país. ¿Jugar la Copa Davis fue algo importante para ti? Sí, claro que sí. Representar a España siempre es algo especial porque lo haces en equipo, cosa que en el mundo del tenis no ocurre muchas veces. Creo que de una manera u otra siempre juegas en nombre de tu país, pero la Copa Davis hace que el sentimiento sea diferente.

Eres el referente deportivo máximo de un país que la viene pasando duro, ¿cómo ves la situación actual de España? Sabemos que no es la mejor, pero no todo es economía y creo que mi país tiene elementos muy sólidos que harán que salgamos de la crisis pronto.

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