DANIEL SAN ROMAN @dasanroman

El Dakar es una prueba donde la constancia se cotiza en alza. De nada basta ser rápido en algunos tramos si no se es persistente en el ritmo. Basta mirar lo hecho por los campeones de cada división para caer en la cuenta de que la estrategia este año no pasó por el acelerador, sino por la regularidad.

Marcos Patronelli ganó cuatro de las catorce etapas disputadas. Se creció en Perú, donde solamente perdió la primera contra Ignacio Flores, tomó la punta de la categoría cuatrimotos desde el segundo tramo y no dejó la ubicación hasta Santiago. De todos los ganadores ha sido el más sólido.

Una sola etapa, la nueve, es la que ha ganado Cyril Despres este año. Algo inusual para un piloto que llegaba a la prueba con 26 etapas a su favor desde el 2000. Aún así el francés no ha necesitado más para ganar. Tomó la punta en la etapa 10 y de ahí simplemente se dedicó a distanciarse y dejar que ‘Chaleco’ haga el esfuerzo.

Desde el segundo día de competencia Peterhansel lideró el Dakar. Si bien la impresión es que la carrera fue más peleada en las etapas iniciales, por los embates de Al-Attiyah y Sainz, lo cierto es que el galo lidero durante casi toda la carrera con una estrategia de ataque medido (ganó solamente la segunda y séptima etapa).

La victoria más trabajada de esta edición ha sido la de Nikolaev en camiones. Peleó siempre y pese a no ganar ninguna etapa, el ruso al final se dio el gusto de repetir su triunfo del 2010 (curiosamente ese año ganó 9 etapas siendo mecánico de Vladimir Chagin). Tomó la punta en el noveno día tras perseguir a De Rooy por tres días.

En total los ganadores del Dakar, sumados, han logrado ganar siete etapas de 56 posibles (sumadas las cuatro categorías). Qué mayor muestra que esta carrera no se gana solamente con el acelerador.

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