FERNANDO LOZANO @ferlozan Desde Fiambalá, Argentina

Tras la salida de Ramón Ferreyros, González-Orbegoso afronta su primer Dakar con el peso de buscar la mejor posición para un peruano en la categoría autos.

¿*Estamos en el día 12 del Dakar y eres el mejor de los peruanos en autos. ¿Es una responsabilidad para ti?* Primero, es una pena que Ramón se haya despistado y abandonado, estaba haciendo una excelente carrera. Ahora pasamos nosotros adelante y no lo veo como una responsabilidad, sino como una oportunidad de representar al país y hacer nuestro mejor papel para tratar de llegar bien a Santiago y generar una buena posición.

¿Cómo llegas a este día? Bien, cansados pero contentos. Por ejemplo el martes hemos tenido un especial de 350 kilómetros de concentración y eso te agota. Felizmente con Gustavo Medina, mi copiloto, nos turnamos el manejo en los enlaces (que no son cronometrados). Eso nos ayuda a recuperarnos un poco.

¿Tu camioneta es nueva? No, la VW Amarok que uso es una camioneta probada, que la manejó Juan Fernando López el año pasado cuando completó el Dakar. Yo se la compré para correr este año. Va muy bien.

Es tu primer Dakar. ¿Cuándo decides que quieres correr? Esto empezó en año nuevo del 2012. Me dije “voy a correr Caminos del Inca”, y a los pocos meses el proyecto se convirtió en el Dakar y ahora estamos aquí. Era un buen momento de mi vida personal para hacerlo.

¿Por qué es un buen momento? Soy soltero pero me caso en setiembre, no tengo hijos, trabajo en una empresa que construye hidroeléctricas pequeñas en la sierra, así que viajo bastante por caminos, por carretera. Nunca he tenido un auto sedán, siempre he tenido pick up y estoy acá, cumpliendo un sueño.

¿Cómo llevas la convivencia con tu copiloto Gustavo Medina? Gustavo es un supercopiloto. Ha navegado muy bien y también es una gran persona, un buen amigo. Vamos bien en el auto, tranquilos, conversando, hay armonía que es importante pues es una carrera bien larga, que te cansa. La relación tiene que estar bien porque, si no es en equipo, no sale adelante.

¿Se siente ahora más presión que al inicio? No, ya estamos más tranquilos. Ahora vamos en la ruta un poco más solos, no hay ese estrés de la posibilidad de accidentes, y también uno va agarrando más confianza, estamos más cerca de Santiago que es la meta para nosotros.

¿Cómo se llevan con los pilotos peruanos de otros equipos? Muy bien. De los equipos que quedamos, nos llevamos superbién, nos ayudamos en la ruta, Paul Pereda ha jalado a Beto Morales, Diego Weber ha ayudado a Ramón Ferreyros a salir de un atolladero, me ha dado mucho gusto. Los tres primeros días fueron más locos y no vimos mucho a los equipos, pero ahora comemos juntos, nos ayudamos, AltaRuta44 nos ayudó, se nos malogró un cable de comunicación y nos prestaron uno por varios días… se siente el compañerismo.

¿Cuál es la anécdota que más te ha marcado? Lo que más me ha sorprendido ha sido el público, la cantidad de espectadores, sobre todo en la etapa Nasca-Arequipa, sorprendente, también en Argentina. Eso me ha dado bastante alegría. La verdad es impresionante ver a la gente cómo sale a ver este ‘desfile’ de motos, camiones. Nos han ofrecido comida, agua, mate, trago, depende de dónde parábamos. Lo que más me gustaba era ver a los niños entusiasmados con los carros, se montan en el timón, se toman la foto, y eso es bien simpático.

Todavía falta pero ¿tienes pensado seguir corriendo el Dakar? Sí, el Dakar y me gustaría correr Caminos del Inca, armar un carro para poder correr esa carrera tan bonita.

¿Un mensaje para tus seguidores? Gracias por haber seguido la carrera. He recibido mensajes, correos y comentarios a través de la página de El Comercio y es bastante alentador, te da ánimos para seguir cuando llegas cansando. Y agradecer también a nuestros auspiciadores, Volkswagen, Gatorade, UPC, Gobierno Regional de Loreto, que han hecho posible que estemos acá.

¿A quién le dedicas esta carrera? Se la dedico a mi papá, Pedro González-Orbegoso, que me metió al mundo de los fierros desde chico. Me enseñó a manejar y todo lo aprendí de él. Además de ser mi padre es mi mejor amigo.