El Dakar es, sin duda, una muestra de la fortaleza física de los pilotos, pero también pone a prueba los valores de la persona. Así lo vivió el brasileño Guilherme Spinelli, quien decidió abandonar la prueba en un gesto de honestidad.

Resulta que su coche sufrió una avería en el alternador, en uno de los especiales, y recibió ayuda externa, que es considerada ilegal por la organización, y logró finalizar el tramo. Sin embargo, luego presentó una carta a los oficiales en la que notificaba su abandono. “No podía aceptar terminar el Dakar habiendo hecho trampa. La honestidad es mi prioridad y primera motivación”, aseguró el piloto, casi entre lágrimas, a la prensa que cubre el Dakar.

¡El caso inverso al de todas las situaciones que veo a diario! Francamente, si el año que viene pudiéramos invitarlo a participar en la prueba, sería fantástico porque representa la esencia del deporte y el espíritu del Dakar. Debería servir de ejemplo para el resto de corredores”, dijo por su parte Josep Besoli, presidente de los oficiales que evalúa la prueba.

El Dakar muestra este tipo de historias, dignas de aplauso. Spinelli terminó la prueba el año pasado en el puesto 9 de la clasificación general.

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