Marco Quilca León

Difícilmente un guionista de cine podría haber imaginado el final del fútbol argentino como el que se dio este domingo. Con Boca Juniors celebrando los goles con los que su archirrival, River Plate, le ganaba 2-1 a Racing en el Cilindro de Avellaneda; y con los hinchas de la ‘Academia’ rogando que Independiente, su vecino y rival de toda la vida, le gane a Boca en La Bombonera, algo que no sucedió (quedó 2-2). En síntesis, fue un día de locos que tuvo a dos peruanos como protagonistas: Carlos Zambrano y Luis Advíncula.