La explicación de Ahmed a la eliminación de Perú en Sudamericano Sub 20. (Foto: Photosport)
La explicación de Ahmed a la eliminación de Perú en Sudamericano Sub 20. (Foto: Photosport)
Jerónimo Pimentel

Al momento de evaluar el trabajo de Ahmed se deben tomar en cuenta dos factores: la evolución respecto a lo que el entrenador recibió y la competitividad respecto a los procesos que siguen los países vecinos.

En el primer caso lo que habría que preguntarse es si Ahmed exprimió al máximo la base de jugadores que con Oré obtuvo el oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud en el 2014 (cuando eran sub 15). La posición de coleros de grupo sugiere que no.

Perú cayó sobre la hora 1-0 ante Argentina en Talca y se despidió del torneo con apenas 3 puntos en cuatro juegos disputados ● El equipo de Daniel Ahmed no mostró argumentos para tentar la clasificación al hexagonal. (Foto: AFP)
Perú cayó sobre la hora 1-0 ante Argentina en Talca y se despidió del torneo con apenas 3 puntos en cuatro juegos disputados ● El equipo de Daniel Ahmed no mostró argumentos para tentar la clasificación al hexagonal. (Foto: AFP)

Lo segundo consiste en preguntarse cuál es el nivel mostrado por los muchachos en el concierto regional. Lo único que se puede concluir luego de la eliminación es que el grupo adolece de todo lo que históricamente le falta a las selecciones juveniles peruanas: eficacia ofensiva, fortaleza mental y solidez. Frente a ellos, lo hecho por Ecuador y Venezuela, países que no son precisamente potencias, se aprecia muy superior.

El proceso de Ahmed con la sub 20 ha sido, por decir algo suave, decepcionante. No se le juzga solo por los resultados, que son los históricos de Perú en dicha categoría, sino a partir del juego. El juego, no se olvide, es el único rasero futbolístico. Ahmed lo sabe, pues antes de iniciar el torneo prometió: “a la gente le va a gustar ver a esta Sub 20”.

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En el plano positivo, se ha ratificado que Emil Franco es un buen prospecto de arquero, hemos confirmado que Távara le pega bien a balón parado y sabemos que Mora tiene habilidad y capacidad de desborde. ¿Algo más?

En el debe, la lista es abultada: Concha, López y Olivares, así como varios de sus compañeros, no ratificaron el entusiasmo previo; a pesar de que la fortuna le sonrió a Perú ante Uruguay, ante Paraguay el equipo salió blando y desconcentrado; el ímpetu ante Ecuador se desvaneció con el penal fallado; contra Argentina se empezó con ganas pero, como suele pasar, el equipo se fue deshaciendo a medida que erraban oportunidades. En el plano técnico, el promedio ha sido discreto; en el táctico, fuimos superados; en el emocional, nos vimos volubles.

No parece un resumen especialmente plausible para todo lo invertido, que esta vez no ha sido poco: dos años de trabajo pleno, 14 juveniles en gira mundialista con la selección mayor, un torneo profesional construido con la idea de beneficiar a los clubes formadores y recursos para buscar talentos en el país (“Plan Centenario”). A ello se le debe sumar la experiencia de Ahmed en el Perú: lleva prácticamente una década aquí y conoce el entorno a la perfección.

Antes de viajar a Chile, la prensa resumía la ilusión respecto a esta generación bajo la idea de que el objetivo era clasificar al mundial e ir a Polonia. Luego, ante los resultados adversos, la meta se redujo a clasificar a la segunda fase. Finalmente, la conclusión de este proceso viene siendo volver al ingenuo refugio de los buenos deseos: rescatar algunas actuaciones individuales y pensar que servirán, en algún momento, para nutrir el futuro.

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