nuestro columnista señala que tanto Paolo Guerrero como Alberto Rodríguez, de destacada participación en la selección peruana durante las Eliminatorias Rusia 2018, podrían jugar en la mejor bicolor de la historia. (Agencias)
nuestro columnista señala que tanto Paolo Guerrero como Alberto Rodríguez, de destacada participación en la selección peruana durante las Eliminatorias Rusia 2018, podrían jugar en la mejor bicolor de la historia. (Agencias)
Mario Fernández

¿Cómo empezar a hacer un buen equipo de fútbol?...le preguntaron una vez a Aníbal Ruiz en una clase de ISIL y el entrañable ‘Maño’ respondió con otra pregunta: ¿quieres la respuesta larga o la corta? Le retrucaron que deseaban la versión breve y entonces completó sin dudas: “necesitas uno buenísimo por línea y vas a comenzar a andar, acuérdate de mí; el fútbol se juega en toda la cancha, pero se define en las áreas”.

, este Perú de Gareca, tiene virtudes evidentes en más de un lado, pero dos factores dominantes que están ubicados claramente en los extremos de la cancha. Me refiero a Rodriguez atrás y Guerrero adelante. No exagero si digo que están entre los mejores de la historia reciente del fútbol peruano. Seré pomposo pero a la vez trataré de ser preciso. Rodriguez atrás y Paolo adelante son, por calidad técnica, nivel competitivo y regularidad de buen rendimiento, jugadores para integrar un álbum de figuritas del mejor Perú de toda la vida.

Rodriguez debería jugar en terno. Es fino, pero a la vez combativo y ha formado con Ramos una dupla de centrales de gran nivel. Casi que se complementan. Y si uno es elegante, el otro es simple. Y si uno sale jugando, el otro golpea desde el cabezazo. Guerrero, a su vez, es un pivote que juega y se ofrece. Que entra, sale y además es macho. Pocos pueden llevar del cuello a Godín en un mano a mano, o dejar tirado como una piltrafa a Funes Mori. Podría decir que es el Suárez de Perú, pero viendo su nivel en esta Eliminatoria hasta no quedaría mal decir que Suárez es el Guerrero de Uruguay. Están de tú a tú.

Con un Alberto recuperado desde lo físico (nunca estuvo tan ajeno a las lesiones ni con Chemo ni con Markarián) y un Paolo tan bueno como el vino, llegamos a la feliz conclusión de que ambos hasta tendrían sitio en aquel gran Perú de 1981 –el mejor que yo vi-. Disculpen que insista, pero Rodríguez sí podría alternar con ‘Panadero’ Díaz y Guerrero sí podría sentar a La Rosa. Hablamos de crack contra crack, pero estos dos de hoy han sido fundamentales para que el Perú de Gareca tome forma de equipo. Podrán tener actuaciones bajas algún día, pero ni eso borrará el concepto. Se trata de dos treintones de la generación 84 que ya probaron su valía en este 2017.

Definidos los generales, tenemos el batallón. Un batallón que pelea. Vaya o no vaya, clasifique o no, Ricardo ha hecho su trabajo consolidando fuerzas dominantes en las dos áreas. Como quería ‘Maño’. Como mandan los libros.

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