"Gareca debe seguir hasta Qatar 2022", por David Hidalgo J.
"Gareca debe seguir hasta Qatar 2022", por David Hidalgo J.
David Hidalgo Jiménez

Este Chile-Perú lo vi en las Eliminatorias 1998, 2006, 2010, 2014 y 2016. Siempre fue "casi", y "si no fallaba esa clarita", y siempre fue derrota. Todas están marcadas por el mismo ingrediente: llegamos a este partido con la fe natural, esa fe ciega del hincha que hace fuerza con un "ahora sí", y terminamos frustrados, como Paolo Guerrero a los 87 minutos al borde del llanto, sin poder entender, sin saber cómo hacer, no solo para ganarle a Chile en Santiago, sino cómo diablos hacemos para ir a un Mundial.

En estas y todas las Eliminatorias enumeradas, y bajo este formado de todos contra todos, incluidas las de 1998 y 2002, en todas quedamos arruinados. Y las cabezas de técnicos como Juan Carlos Oblitas, Francisco Maturana, Paulo Autuori, Chemo del Solar y Sergio Markarián se mostraron como un trofeo que buscaba aplacar la furia de la prensa y del pueblo futbolero.

Ciertamente ellos también fueron responsables. Cuando estaba todo perdido, cuando desde las Eliminatorias del 2002 la selección peruana estaba prácticamente eliminada en primera ronda y lo confirmaba en la segunda, es falso que hayan terminado pensando en dejarnos algo para el futuro. Solo basta recordar el verso de Markarián: "Nosotros buscamos aumentar el número de consagrados". Y de sus consagrados, aquellos que iban a tomar la lanza de nuestra selección hacia Rusia 2018, como Cruzado, Ramírez, Zambrano, Balbín, Carrillo, Ballón o Advíncula, hoy solo quedó Yotún.

En la era Gareca algunos no fueron llamados por su bajo rendimiento y a los otros, es casi un hecho que el 'Tigre' los borró porque en Lima se transformaban y sus mentes se enfocaban más en las delicias de la noche y en las portadas de farándula. Lástima que el técnico argentino instaló el rigor disciplinario muy tarde: con seis fechas de Eliminatorias jugadas, con solo 4 puntos de 18 posibles, y con 16 partidos al frente de la selección. Perú inició la nueva etapa en el octavo lugar de la clasificación.

Pero debe seguir hasta las Eliminatorias Qatar 2022. Vino a Perú a aprender a ser seleccionador, de no haber sido así, quizás no hubiese cometido todos los errores mostrados: se equivoca reiteradamente en alinear, se equivoca en tratar de improvisar puestos a jugadores, se equivocó en cambiar a Cueva contra Argentina luego de marcar de penal, se equivocó en insistir con Lobatón, se equivocó en hacer jugar a Claudio Pizarro en Barranquilla, utilizó y expuso a Jefferson Farfán sin ritmo tras su operación al tobillo, se equivocó muchas veces. Pero todos los técnicos anteriores también se equivocaron, los sacaron (o se fueron), y si de errores se trata siempre habrá razones para echar al entrenador. Y esa tampoco es ni fue la solución.

Ricardo Gareca debe seguir porque, a pesar de sus errores y de tener solo 9 triunfos y 11 derrotas en 26 partidos, dio un golpe de autoridad en la selección. El mismo que dio Chemo en su momento tras el Golf Los Incas, pero con el plus de haber apostado --ya sea por necesidad o convicción-- por jugadores que nadie tenía como inamovibles: Cueva, Gallese, Trauco, Flores, Tapia, o Corzo.

El 'Tigre' sí ha terminado de conformar un grupo de jugadores que son solidarios entre sí, que se miran igual y se sienten parte de un solo plantel. Que luchan a muerte por el balón, de principio a fin. Que lloran cuando se pierde, que no se muestran indolentes.

Ricardo Gareca debe seguir, pero debe aprender de sus errores. Porque en la próxima Eliminatoria ya sabe que el 'café' del entretiempo en Chile lo tiene que meter antes de iniciar el partido. Debe saber que hay ciclos que se terminan y que jugadores como Carlos Lobatón no merecen ser expuestos a este final. Tiene que respetar los puestos naturales de sus futbolistas y solo ubicarlos donde mejor rinden. El ‘Profe’ tiene al frente la gran oportunidad de trascender con una selección y que le resta mucho cuando suelta frases como la de anoche: "No tengo que asumir ningún error".

Gareca insiste en que lo suyo es el fútbol bien jugado, y Perú no lo muestra. El fútbol del Perú de Gareca está plagado de pelotazos para que Paolo Guerrero pivotee o la baje de pecho y se asocie con Cueva, al mismo estilo de Maestri con el Chorri en el Perú de Oblitas. ¿Y si no está Paolo, qué?

Ricardo Gareca debe seguir porque si se va, el otro técnico que venga comenzará de cero una vez más y quizás otra vez tengamos de vuelta a todas esas falsas estrellas que tenían tomada a la selección: que paseaban en auto de lujo en la noche barranquina, que sonreían con un mohín de orgullo cuando se veían en las tapas o programas de farándula, y quizás cuando ese técnico reaccione ya tengamos 5 fechas encima de las Eliminatorias Qatar 2022, estemos octavos como de costumbre y nos inyectemos ese tranquilizante que nos abstrae de la realidad y que nos lleva a decir mentiras como las de: "Ahora sí, a trabajar en serio para el 2026".      

LEE TAMBIÉN...

Contenido sugerido

Contenido GEC