Los principales medios de Brasil celebraron el retorno goleador de Paolo Guerrero con Perú ante Arabia Saudita. Los portales argentinos y españoles también se unieron a la felicidad nacional. (Foto: FPF)
Los principales medios de Brasil celebraron el retorno goleador de Paolo Guerrero con Perú ante Arabia Saudita. Los portales argentinos y españoles también se unieron a la felicidad nacional. (Foto: FPF)
Jerónimo Pimentel

La historia de es la más conmovedora que ha protagonizado un futbolista peruano en las dos últimas décadas. Su narrativa no es común ni lineal, es más bien un subibaja lleno de obstáculos en los que la adrenalina de las caídas solo se puede comparar al vértigo que producen las cimas que alcanza. Para cada tarjeta roja hay un gol; para cada exabrupto, un gesto con la hinchada; por cada fracaso en Europa, un triunfo en América; por cada suspensión, un retorno triunfal; por cada derrota, una copa alzada.

No es probable que Guerrero sea dueño de su biografía, ni que sea consciente de la historia que va dibujando en cada partido. Si él hubiese podido elegir, es probable que hubiera preferido hacer su carrera en el Bayern Múnich, donde se formó en el profesionalismo, para ser el ‘9’ bávaro hasta ahora, como le enseñó Gerd Müller. Pero ese camino, más convencional, no se ajusta a su carácter. Su personalidad le ha impedido establecerse en una insignia que no sea la nacional. Es otro tipo de héroe; uno, digamos, con prioridades que responden a leyes más antiguas. No es casualidad que tanto sus desventuras familiares como su dependencia maternal sean objeto de discusión pública. Su destino está entreverado con el nuestro.

Internacional accedió a la final del Campeonato Gaúcho. El peruano Paolo Guerrero, en su retorno oficial a las canchas, realizó su estreno goleador contra Caxias en Beira-Rio
Internacional accedió a la final del Campeonato Gaúcho. El peruano Paolo Guerrero, en su retorno oficial a las canchas, realizó su estreno goleador contra Caxias en Beira-Rio

Ello no ha evitado que sea un delantero codiciado en clubes, ni que incluso en la veteranía devuelva lo que cobra, como lo acaba de probar en el Inter de Porto Alegre. Nada mal luego de un parón de 250 días a los 35 años. La pregunta natural es cuál será el final de esta historia que ha tenido tantos finales y que, obviamente, no se puede extender mucho tiempo más. Esa es la pregunta que se debe estar haciendo Ricardo Gareca ahora que Guerrero viene a resolver su principal problema. En este año sin delantero de área, el entrenador argentino ha sido incapaz de ocupar la posición con solvencia. Nada funcionó. No hay plan de relevo. El retorno de Paolo es una bendición, pero de otra forma es también el síntoma de nuestro límite como selección, es decir, nos pone en evidencia.

► 

Pero no hay por qué quejarse, no con la Copa América encima y las Eliminatorias en meses. Los objetivos en el fútbol se ordenan en prioridades y por una vez están claras: no hay transición sin presente y no hay presente sin Guerrero. No hay otro delantero que se acomode al esquema que Perú ha trabajado en los últimos cuatro años, pues todas las propuestas de reemplazo son parciales o fallidas. Farfán no es ‘9’, Ruidíaz es otro tipo de ‘9’, Carrillo no siente la posición, el técnico no se ha planteado trabajar con nacionalizados y los demás están tiernos. Gareca ha demostrado ser práctico. Paolo ha demostrado tener ganas. No hay mucho más que pensar.

Contenido sugerido

Contenido GEC