“Hace dos años discutimos (con Manuel Burga) si poníamos una cláusula de rescisión y yo le dije: ‘Tenga la libertad de despedirme sin que me pague un sol’. No me gusta estar donde no me quieren. Voy a resistir todo lo que me dejen, voy a dar lucha, batalla”, dijo Sergio Markarián en la extensa conferencia que brindó hoy en Montevideo. Previo a un partido muy complicado ante Uruguay, el DT tocó temas puntuales sobre su continuidad en la selección peruana.

“Yo no fui contratado para un proceso largo, sino para dirigir la selección peruana y clasificar al próximo mundial. A mí no me han contratado para un proyecto para más de cuatro años. Se termina formalmente el día que se juegue el último partido de este proceso, que se prolongará si clasificamos al mundial”, indicó el entrenador.

“Me preocupa que melle la credibilidad que este cuerpo técnico pueda tener en sus jugadores. Cuando se insiste tanto, los jugadores escuchan y quizás dicen: ‘el entrenador no es tan bueno como creíamos. Si lo cambiamos quizás es bueno’, pero ni eso me asusta. A esta altura de mi vida, un creyente en dios, una persona que cree que Jesucristo es su salvador, no le tiene miedo a nada”, remató.

“Yo asumí un compromiso, y contra muchos vaticinios que no lo iba a terminar, estoy tratando de terminarlo. Cuando lo termine veré. Yo me comprometí a una cosa, lo estoy tratando, unos dicen que bien, otros que mal, pero me propuse hacer una cosa más, para que el que venga detrás de mí encuentre algo mejor que lo que encontré yo. Si me dejan hacerlo, bárbaro, si no me dejan, es un problema peruano, no mío”, agregó. De pronto intervino Manuel Burga con un escueto: “Yo lo dejo”.

“Respecto a quedarme tanto tiempo: creo que es muy difícil. Hay un poder que forman los periodistas que no es la gente ni la dirigencia. Pero hay un poder, que evidentemente ya me ha crucificado y es cuestión de tiempo. Veremos cuánto resisto. Puede venir una presión muy fuerte de esos sectores y el hilo se va a romper”, señaló.