Las dramáticas cifras del técnico Sergio Markarián (el 63% desaprueba su proceso como entrenador de la selección peruana) no son nada en comparación al clamor popular que sigue teniendo como blanco de todos los fracasos a Manuel Burga.

El eterno presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) no solo sumó otro tropezón en su larga carrera de equivocaciones, sino también una prueba más de que es un elemento unificador en nuestro país: nadie lo quiere.

Las encuestas se mantienen en el mismo nivel de siempre: el 92% de los limeños desaprueba su gestión, un porcentaje que se repite cuando la pregunta es si debe continuar en el sillón de la Videna.

Si Burga vio en Markarián a su escudo perfecto para vivir en calma durante el proceso camino a Brasil 2014, lo logró. Ahora la voz del pueblo cambió. Rumbo a Rusia 2018 tendrá que buscar otro as bajo la manga para evitar que las críticas lo acribillen de nuevo, aunque las estadísticas lo sigan matando.