Pedro Gallese: la feliz evolución de los perfil bajo [OPINIÓN]
Pedro Gallese: la feliz evolución de los perfil bajo [OPINIÓN]
Miguel Villegas

El fútbol peruano produce pocos jugadores con potencial que, más allá de sus condiciones, son marcados por el flash. El medio los divide: hay muchachos mediáticos desde la primera foto y hay otros, acaso los menos perseguidos, que crecen en el silencio. O mejor dicho, entregan mensajes sin hablar. De estos últimos, el nuevo producto de selección es arquero y se llama Pedro Gallese.

No es un chiquillo pero sí fue un jotita, es decir, un arquero que con 15 años clasificó al Mundial Sub 17 de Corea y, aunque en su condición de tercer arquero detrás de Hermoza y Ulloa, fue llevado a la Copa “para fortalecer su crecimiento”. Así lo veía Jota Jota Oré, que lo conocía del desparecido club Real y había detectado en él una virtud cara: su inteligente perfil bajo. A su vuelta, y cuando otros muchachos dejaban que los graben tomando desayuno, aceptó la recomendación menos popular: fichar por la Universidad San Martín, el club sin hinchas radicales y el que, sin duda, ofrece el mejor sistema para formar jugadores. Hizo todas las categorías que le faltaban ahí. Y aunque casi no atajó, salvo en su último años en el equipo santo, tuvo dos buenos maestros: el Chino Rivera en el banco y Leao Butrón en los entrenamientos.

Su fichaje por Aurich 2015 de Roberto Mosquera, cuando ya no era una promesa, solo ratificó una línea de carrera: no fue a Alianza, Cristal o la ‘U’, los clubes perseguidos hasta el baño por legiones de periodistas. Se fue a Chiclayo, 770 kilómetros al norte de Lima y muchos más de la excesiva curiosidad y sobreprotección. El llamado para ser titular en la selección de Gareca, en Eliminatorias y Copa América 2016, fue la consecuencia de 45 partidos en torneos locales 205-2016 a un nivel claramente mejor que el de sus competidores. Si Raúl Fernández volvió a Lima y Libman se estancó al ritmo de su equipo, Gallese viajó a Estados Unidos y hoy es el único portero con reales chances de emigrar. Mejoró la reacción, la potencia de piernas y según contaba gente cercana al comando técnico de Perú en Boston, entrena como debutante. Tuvo que ver el entorno, la decisión y claro, él.

Cuando se acusa a los medios de sobreexposición solo se ataca a un responsable y se olvida –con ironía que existe otro lado de la historia. Pedro Gallese lo ha probado: también se puede ser protagonista desde el silencio. 

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