"¿Ricardo Gareca al 2022? No es necesario", por Mario Fernández

No soy garequista. Es decir, no soy un enamorado de su táctica ni de sus sistemas. Lo veo un buen técnico dentro del estilo de los ‘normales’. Con Perú alcanzó picos de juego, básicamente en la Copa América, pero no en las Eliminatorias, donde el rendimiento ha sido malo y sus goles, más que deportivos, han sido disciplinarios. La purga de Pizarro y de Vargas hizo que varios lo amaran súbitamente, aunque no por ello voy a subirme al carro de ‘quererlo’ más de la cuenta. A nivel estratégico me parece solo correctito. Y si bien rompió tabúes con los intocables, en lo otro: alineaciones solventes y cambios eficientes, se equivocó, siempre, de medio a medio.

En ese sentido, considero que es un error de concepto sostener que el proyecto de la FPF pierde toda viabilidad si Ricardo Gareca se va. En realidad, perdería sentido  si el plan de base con los menores deja de existir, si las reglas de conducta impuestas fracasan y si la selección, en todas sus categorías, se vuelve a convertir en un cabaret y no en una concentración de deportistas decentes. Ahí es donde todo se rompe y se acaba. Ahí es donde lo avanzado se quiebra de golpe. Ligar el éxito del proyecto global a Gareca es sobrestimar la figura del técnico de mayores en un contexto en el que es más la base de desarrollo lo que le dará salud a un fútbol herido de muerte. Son  los cimientos y nos las hojas del árbol los que resultan altamente relevantes. Por todo eso, no entiendo la insistencia y terquedad con la que se exige la continuidad de Gareca, como si además ese hubiera sido el plan original de la FPF todo el tiempo.

Si recuerdan, el técnico a Qatar iba a ser Reinaldo Rueda. Es luego de que el colombiano quedara descartado e ingresara un Ahmed con aspiraciones más dirigenciales que técnicas que se empezó a vocear al argentino rumbo al 2022. Por todo ello, si bien rescato sus méritos en las copas que jugó, no creo que sea obligación renovarle por default.  Que se lo gane en todo caso. El proyecto no debe ser un nombre, sino una idea. 

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