Ricardo Gareca: "Es totalmente justo los puntos que tenemos"
Ricardo Gareca: "Es totalmente justo los puntos que tenemos"
Mario Fernández

Era un pichón de Kempes. O mejor, una promesa rubia que a inicios de los años 80 asomaba como relevo natural del 'Matador' en la selección campeona del mundo de César Luis Menotti. Jugó solo un amistoso ante Polonia en 1981, pero él mismo admite que no estuvo a la altura. Al ingresar Carlos Bilardo como seleccionador en 1983, imaginó ese ciclo como una posibilidad de ahora sí, sin vueltas, quedarse con el puesto de centrodelantero de Argentina.

Cumplió con lo previsto entre el 83 y el 85. Fue delantero pero al mismo tiempo fue el jugador símbolo del proceso del 'Narigón'. "Llegué a ir a un programa de TV a sacar cara por el ciclo", recuerda el 'Flaco' en el 100 x 100 que le hizo la revista El Gráfico. También protagonizó dos momentos top de aquel proceso: en 83 hizo el gol del 1 a 0 con el que le ganaron a Brasil luego de 13 años y en 85 hizo el 2-2 ante Perú que depositó a su país en México 86. Atacante fuerte y muy de área, el Richard jugaba seguido en la selección y era voceado en clubes de Europa (Torino, Atlético de Madrid, Milan...) al tiempo que protagonizaba, junto a su amigo Oscar Ruggeri, un pase histórico: iban de Boca a River a cambio de buen dinero. Traidores, les gritaban.

La hinchada bostera no lo perdonó e incluso inventó un cantito que lo vinculaba con una enfermedad ("Gareca tiene cáncer, se tiene que morir"). Les dolía más que se vaya Gareca que Ruggeri porque la figura en aquel tiempo era el 'Flaco' y no el 'Cabezón'. En River jugó solo 6 meses y en la selección, de golpe, empezó a perder minutos en la delantera con Pedro Pasculli y Jorge Valdano. Cansado de que se voceara su transferencia a Europa sin concreción posterior y decepcionado de que Bilardo le haya quitado protagonismo en la selección del 85 (jugó 2 de 6 partidos en las Eliminatorias), aceptó pasar de un 'millonario' de Núñez al club más opulente de Colombia. El América de Cali. ¿Fue un error? le preguntaron en El Gráfico, curiosos por si su carrera no estaba más para un club europeo que para uno sudamericano. Gareca responde: "No. Quizá perdí chances de que Bilardo me vea seguido en Buenos Aires, pero ya está".

Reemplazado por Borghi y Almirón
Cuando Bilardo ha contestado por qué no fue Gareca al mundial 86 sugiere que de algún modo la marcha del 'Tigre' a Colombia lo alejó del proceso. También fueron claves las campañas de River y Argentinos, dos equipos que empezaron a dominar Sudamérica, ganaron las Libertadores de aquellos años y metieron de a pocos a sus jugadores en la lista de 22. Tras la clasificación, Bilardo fue depurando su plantel (en ese entonces con varios ex convocados de Menotti) hacia un grupo muy local, con solo cinco 'extranjeros´': Passarella, del Inter, Burruchaga, del Nantes, Valdano, del Real, Pasculli, del Lecce y Maradona, del Napoli. "El único fijo era Diego. A los demás había que analizarlos, ver cómo estaban", decía el 'Narigón'.

Y no miente el doctor. Si comparamos a los campeones del 86 con los que ganaron el boleto en 85, se nota que hubo no pocos cambios. La mayoría de los que entraron eran jugadores de la liga argentina, de River y Argentinos, básicamente. Dejó el arco Ubaldo Fillol a favor de Nery Pumpido (River); salió Enzo Trossero y se consolidó Oscar Ruggeri (River), perdió el puesto Miguel Russo por lesión y apareció Sergio Batista (Argentinos), salió Juan Barbas como volante mixto y entró Héctor Enrique (River); adelante no vimos más a Gareca como punta de recambio y sí a Claudio Borghi (Argentinos), un 9 capaz de retroceder y asociarse, que jugó hasta dos partidos como titular en la copa del mundo. También se sumó entre los delanteros Sergio Almirón, de Newell's, otro que impactó a Bilardo y entrenaba a diario con él en Buenos Aires.

Así las cosas, Bilardo pasó de un 85 en el que jugó con un mix de menottistas y bilardistas (Fillol, Clausen, Trossero, Passarella,Garré, Russo, Barbas, Burruchaga, Maradona, Pasculli o Gareca y Valdano eran el once tipo) a un 86 donde privilegió jugadores de la liga argentina y solo 5 'extranjeros'. Cuentan que la posibilidad de incluir a Gareca en la lista se pensó hasta lo último, pero los tres goles que Almirón le hizo a Israel en el 7-2 con el que se selló la gira, le quitaron toda chance. Según su compadre Oscar Ruggeri,  "fue un dolor porque el Flaco merecía ir. Se había comido de todo por esta selección. Era uno del grupo".

Al Mundial 86 Bilardo llevó cuatro delanteros. Pasculli, Valdano, Borghi y Almirón, con el plus de que tanto Maradona como Burruchaga podrían jugar de ofensivos. Salvo Pasculli, que era un 9 definido como Gareca, el resto de los integrantes de la lista podían jugar en más de una posición, tal como le gustaba a Bilado. En ese sentido, el Flaco era de un solo sitio, el área. A Gareca lo saca de la lista Almirón, que podía ser punta, media punta, extremo y eventualmente volantear y, sobre todo, Borghi, una fina mezcla de mediocampista/delantero quien había hecho un campanón con el Argentinos campeón de América del 85, era comparado con Platini y estaba vendido al Milan. De hecho, en la Libertadores 85, Borghi, de Argentinos, finaliza con 6 goles y Gareca, del América, con 5. "En aquel momento, a nivel mediático, Borghi estaba llamado a ser el socio de Maradona, incluso antes que Burruchaga", dice el periodista Daniel Arcucci. Y agrega: "era difícil sacarlo de la lista". Gareca, que arrancó siendo el niño mimado del proceso, ya había perdido su lugar.

Cuando Argentina ganó el Mundial 86 sin él en la nómina, el 'Flaco' sintió alegría por sus viejos compañeros pero también la rara sensación de que debió estar. Acusó a Bilardo de haber recibido presiones (luego se arrepintió) y no lo consolaron ni las palabras de Passarella en una llamada de teléfono: ojo, Ricardo, que este título también es tuyo. En 1989, un treintón Gareca decide dejar Colombia, cerró trato con Vélez y declaró en El Gráfico de entonces: "Vine al país para estar cerca de la selección. Bilardo me conoce. Quizá pueda ir a Italia 90".

Tampoco ahí se le cumplió la meta mundialista. Fueron Caniggia, Balbo y Dezotti. Solo tres delanteros. Y justo cuando podría pensarse que la Copa del Mundo no es para Gareca, aparece esta chance. Tantísimos años después. Ya no como jugador, sí como entrenador. Quien quita y al final sí termina jugando un Mundial. Esta vez con nosotros.

Contenido sugerido

Contenido GEC