Ricardo Gareca recuerda que gritó intensamente los dos goles de Perú ante Nueva Zelanda en el partido del miércoles. (Foto: El Comercio)
Ricardo Gareca recuerda que gritó intensamente los dos goles de Perú ante Nueva Zelanda en el partido del miércoles. (Foto: El Comercio)
Pedro Canelo

Con un polo que lleva el logo de los Rolling Stones, nunca se había parecido tanto a una estrella de rock. Su voz cantante en la no desafinó en la hora más importante, y ahora vive un reposo posconcierto. Estamos en un hotel de San Isidro. Es sábado en la mañana y será un día largo para el técnico de la selección, uno de los últimos días del año con aparición ante los medios. Antes de salir de vacaciones, el ‘Tigre’ dejará el plan de trabajo para el Mundial de Rusia. Esa es hoy su principal tarea. Por ahora no se sentará a conversar con la Federación Peruana de Fútbol (FPF) sobre una posible renovación para la próxima Eliminatoria. Esa importante decisión no será tomada antes de pasar por Moscú o San Petersburgo. Su futuro no es una ruleta rusa.

— ¿Qué lo llevó a confiar tanto en el futbolista peruano y aceptar dirigir a nuestra selección?

Lo primero que nos llevó a tomar la decisión de conducir a esta selección nacional es algo que se termina confirmando en este momento. Nosotros teníamos la convicción de lo que el futbolista peruano es capaz. Haber cumplido el objetivo de clasificar al Mundial lo ratifica. Creemos que tiene un amplísimo margen para poder desarrollarse y seguir creciendo. Para eso es necesario que cuente con el apoyo de los proyectos en el ámbito nacional, un proyecto como el de Daniel Ahmed. Con el correr de los años todo va a ser más beneficioso para el fútbol peruano y estamos conformes con lo que han dado, sabiendo que nosotros podemos dar más. Podemos dar más como selección desde todo punto de vista.

— ¿Es consciente de que se está cambiando la mentalidad de todos alrededor del fútbol?

Espero que cada vez nos convenzamos más del potencial que hay en el Perú, en el fútbol local, en otros países. A nivel de equipo, tenemos que enfocarnos en eso, y dejar atrás el análisis individual. Un primer paso es pensar como selección.

— ¿Reconoce que fue necesario tener mucha paciencia para afrontar las críticas en los días más difíciles?

Yo siempre lo tomé como algo lógico, porque a veces, cuando pasan los años y no se obtienen resultados, las exigencias cada vez son mayores. Mucho se habla aquí de críticas, mucho se habla de una prensa que no la veo muy diferente a otras donde no se obtengan resultados. La prensa es igual en todas partes del mundo. La crítica no es una particularidad del Perú, también la encuentras en otros países donde se respira fútbol, donde la sociedad consume mucho este deporte. El exitismo, el resultadismo son cosas que están a flor de piel. A mí no me sorprendió lo que me encontré. Las críticas son pasajeras, los buenos resultados también. Uno tiene que reinventarse y replantearse todo el tiempo. Estamos para fijarnos metas todo el tiempo.

— Antes del repechaje, ¿la ansiedad era más desde afuera? ¿En la interna todo era más calmado?

El clima en la interna fue muy tranquilo, son muchachos muy tranquilos. Si tengo que definir una característica de este grupo, puedo decir que son muy calmados. La convivencia fue muy sencilla de llevar en esos partidos y en todo el proceso.

— ¿Comparte el análisis de que con una mochila menos pesada, de 36 años sin clasificar a un Mundial, quizá la diferencia hubiera sido mayor entre Perú y Nueva Zelanda?

Muchas veces hay comentarios que tratan de minimizar determinadas cuestiones. Yo puedo decir que las finales son muy difíciles. Aquellos que hemos estado en ese tipo de situaciones, finales de Copa Libertadores, cuando se pelea el cupo a un Mundial, campeonatos locales, lo que sea, quienes acceden a esa instancia por algo lograron tener esa posibilidad. Los equipos de Oceanía que arrancaron el repechaje en casa jamás perdieron de local, con ningún equipo, así haya sido Argentina o Uruguay. Quizá se pudo haber dado un acontecimiento muy diferente con nosotros, pero siempre estuvimos convencidos de que debemos respetar a todos los rivales. No somos más ni menos que nadie. Desde esa mirada siempre nos va a ir mejor.

— Vamos a terminar el año con la selección invicta. Otro hecho sin precedentes en la historia de nuestro fútbol…

Circunstancialmente uno puede ganar algo; sin embargo, el reto es sostener los procesos. El desafío para Perú ahora es sostenerse en el tiempo, cada vez tiene que consolidar más todo esto. Y eso lo logrará con las proyecciones a largo plazo, con las facilidades que puedan dar las autoridades para el crecimiento. Perú tiene opciones de ir potenciándose más. Uno puede clasificar a un Mundial, pero eso se diluye si no hay un proyecto que lo sostenga.

— ¿Cuál de los dos goles gritó más ante Nueva Zelanda?

Grité los dos por igual, no sabría medir. Los grité intensamente. Quizá pueda haber sido el primer gol por el hecho de haber quebrado el cero, y que eso nos diera tranquilidad para manejar el partido.

— ¿Ese grito de gol, como técnico y como el delantero que fue, es el desahogo de alguien que muestra siempre tranquilidad como Ricardo Gareca?

Son descargas naturales. El gol es lo máximo que uno puede tener en el fútbol, es lo que posibilita ganar los partidos. En el plano emocional son etapas. Uno se va adecuando y así afronto yo este trabajo, es mi forma de ser, de conducir. Yo estoy agradecido con este plantel de muchachos por lo que entregaron, por afrontar la responsabilidad de no fallarle al país por sobre todas las cosas.

— ¿Fue especial tener tan cerca a la familia en esta definición ante Nueva Zelanda?

Siempre me han seguido a todos lados, es una contención importante para mí.

—Se buscan rivales—

— ¿Los amistosos de marzo los van a definir recién después de conocer a los rivales del Mundial en el sorteo del 1 de diciembre?

Todavía no hemos visto eso ni nos hemos juntado. Eso tendrá que resolverse antes de fin de año. El sorteo nos va a despejar todas esas cuestiones. La logística de dónde nos vamos a ubicar en Rusia la verá el preparador físico, Néstor Bonillo. Seguramente viajará conmigo. Antes de salir de vacaciones, vamos a dejar todo organizado y quizá con algunas certezas de esos partidos que mencionas. Después vendrá un descanso. Es bueno eso de desenchufarse para recargar pilas y mirar todo lo que viene. Queremos programar la preparación para el Mundial de la mejor manera.

— Solo tendrán marzo para afinar esos detalles con el grupo…

Sí, y después contaremos con un mes de entrenamiento antes de la Copa del Mundo, que será clave.

— Los torneos con concentraciones largas han dado buenos resultados a Perú últimamente. ¿Se repetirá la estadística en el Mundial?

No lo sé, desconozco eso. Esta será la primera experiencia que tendremos en un Mundial. Salvo mi ayudante de campo, Sergio Santín, quien fue mundialista en México 86, el resto solo hemos tenido la experiencia como espectadores.

— ¿Habrá algún microciclo de trabajo antes de marzo?

Eso lo veremos después, según cómo quede el formato del campeonato nacional del 2018. Las autoridades del fútbol peruano han colaborado mucho con nosotros, y quiero aprovechar para agradecer eso, a los clubes, a los entrenadores, todos con actitudes de darnos facilidades. Apoyo vamos a tener.

— ¿Desde la selección mandarán una propuesta para que el torneo local 2018 sea más corto?

Creo que no. Nosotros de momento no vamos a meternos. Si nos consultan, podremos dar una opinión. Hay gente capacitada en la dirigencia para eso.

— ¿Aún espera contar con Paolo Guerrero en el Mundial?

Sí, su tema nos ha golpeado a todos. Yo deseo lo mejor para él. Mi opinión sobre él es excelente desde todo punto de vista, como jugador, persona y profesional. Mi deseo es que el tema se resuelva de manera favorable para él y que esto solo haya sido un percance o un malentendido en esta clase de pruebas. Espero contar con él llegado el momento.

— ¿Han recibido felicitaciones de los jugadores que alguna vez estuvieron en el proceso y que ya no forman parte del plantel?

Todos, han escrito todos, según lo que me dijo Bonillo. La mayoría de jugadores tiene el contacto, sobre todo con el profesor Bonillo. Y él me manifestó que casi todos los muchachos que estuvieron con nosotros mandaron felicitaciones. Estoy eternamente agradecido, todo es mérito de ellos.

— El presidente de la FPF, Edwin Oviedo, ha mencionado que esperan contar con usted no solo para el Mundial, sino también para la próxima Eliminatoria. ¿Van a sentarse a conversar sobre eso en los próximos días?

Esos temas de contratos no me interesan en estos momentos porque precisamente mi actual contrato se extendía si clasificábamos al Mundial. Hay que estar enfocados en Rusia 2018. Hasta que termine el Mundial no veo motivo para conversar de algo que requiere mucho análisis. Quedan muchos meses por delante, queda semejante compromiso como la Copa del Mundo. No es momento para hablar, tiene que terminarse este proceso primero.

— ¿Siente que ahora su cotización ha crecido, sobre todo como técnico de selección y que tendrá más de una oferta después de Rusia 2018?

No sabría comentar eso. Dirigir a un club o selección son responsabilidades muy grandes. Lo único que tengo pensado en este momento es Perú, es lo único que tengo en mi cabeza. No tengo a nadie en mente, ni sé del futuro. En lo único que debo concentrarme es en el viaje a Rusia, en el sorteo, en los partidos que se vienen, en la lista de convocados. No puedo pensar en otra cosa.

— ¿Se siente cómodo trabajando en el Perú?

Lo que me tocó vivir en el Perú es algo increíble y sí, eso es una cuestión muy importante para uno y para todo el cuerpo técnico. No puedo adelantar más sobre el futuro, no estoy acostumbrado a hacer eso.

— ¿Será la Navidad más feliz de su vida?

No sé si sea la más feliz de mi vida porque sería injusto decirlo. Es tan difícil conseguir cosas. Uno a lo largo de su carrera deportiva es más lo que pierde que lo que gana. Todos los entrenadores del mundo, por más títulos que uno tenga, en el balance pierden más que lo que ganan. Lo único que deseo para todos es que pasemos unas fiestas de fin de año en paz, en armonía. He visto al Perú muy unido, con distintas clases sociales festejando. Son emociones únicas e irrepetibles. Lo que más deseo es la unidad nacional.

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