Selección: cuatro observaciones de la derrota frente a EE.UU.
Selección: cuatro observaciones de la derrota frente a EE.UU.
Horacio Zimmermann

Dos caras. Dos partidos distintos. El equipo fue uno en el primer tiempo y otro en el segundo. perdió 2-1 contra Estados Unidos en Washington. El partido dejó algunas observaciones. Y estas son las siguientes:

Decepción. Si algo preocupa a los entrenadores es el conformismo con que la gente observa los partidos. Se suele adular todo lo que sea triunfo y desprestigiar todo lo que sea derrota. Hoy nos tocó perder. En general, Perú no logró sostener la que se reconoció como una capacidad en la Copa América: jugar bien los 90 minutos. El ataque fue un eterno y repetido “uff” y la defensa un constante apretón de dientes. Para jugar bien hace falta mucho trabajo.

Vargas no convence. En la Copa América tuvo un rendimiento regular. O al menos para mí fue uno de los más discutidos en el esquema de Gareca. Desde mi perspectiva, Juan Manuel deja siempre un gran espacio con el rival que llega por su lado. No presiona, espera. Siempre. En algunos momentos, desespera ver la libertad con la que recibe su rival específico. Sin la pelota es flojo. La confirmación fue el segundo tanto de Estados Unidos, en el que no está atento.

Personalidad. Un punto rescatable. El equipo saltó al campo sin reconocerse inferior. Este siempre es un buen primer paso para empezar a ganar.  El equipo mostró –sobre todo en el primer tiempo– carácter para asumir un rol protagónico en el partido contra un equipo mundialista. El equipo tuvo el mérito de sostener la posesión en el campo rival, y avanza en bloque, siempre en la primera mitad. En la segunda confirmó una tendencia que prevalece desde la Copa: el equipo se siente más cómodo, y juega mejor, cuando conduce el balón en lugar de perseguirlo.

Riesgo desequilibrado. Si bien la selección vincula las líneas a través del balón –porque entiende que el único elemento que unifica es la pelota–,  la dinámica de la posesión resultó, por momentos, perjudicial en el orden defensivo. Perú padeció de esta tendencia a partir de los errores individuales en el pase. Cuando el equipo perdió el balón en un lugar distinto al sector defensivo, la jugada repercutió directamente en el arco propio. 

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