En la filosofía que ha marcado Ricardo Gareca en la selección peruana siempre se ha tratado de mantener la idea de juego por encima de los jugadores. El ‘Tigre’ demostró por muchos años ser fiel a un sistema táctico que muchos comenzamos a llamar como “el innegociable 4-2-3-1”. Sin embargo, el dibujo en la pizarra tenía nombres específicos que se repetían de memoria. Salvo algunas excepciones -salía Corzo, entraba Advíncula- de la volante hacia el ataque, los titulares eran Tapia, Yotún, Carrillo, Flores, Cueva y Guerrero. ¿Qué sucedió, entonces, en las últimas fechas? El técnico de la bicolor revolucionó con el sistema 4-3-2-1.
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