Marco Quilca León

Han pasado algunos días desde la última conferencia de Ricardo Gareca. Del adiós del técnico que nos llevó a dimensiones poco conocidas con la selección peruana. Y Néstor Bonillo, uno de sus hombres de confianza, nos recibe en su departamento ubicado en Miraflores. Frente al mar, el ambiente silencioso de las primeras horas del día se abraza a la nostalgia del momento. El profesor Néstor no se irá del país, su esposa es peruana y a sus 63 años es feliz viviendo en Perú, aunque las olas traigan consigo el recuerdo de los últimos meses al mando de la selección peruana: del repechaje a una renovación fallida. “Fue el vestuario más triste que me tocó vivir desde que me dedico a esto”, nos dice mientras su mirada se pierde en el infinito mar limeño.

Contenido Sugerido

Contenido GEC