Eliezer Benedetti

Al frente suyo, tiene al parque de diversiones más famoso del mundo, el Walt Disney World, pero él prefiere entretenerse con una pelota antes que cualquier cosa. Y es que, sobre el linaje de los Guadalupe, el sobrino del ‘Cuto’ y primo de Jefferson Farfán también creció con un balón amarrado a sus pies -una tradición hogareña- y ahora, ya con 19 años, teje sus propios sueños futbolísticos desde la imponente ciudad de Orlando, en el centro de Florida. Ahí ha encontrado el mejor entorno para continuar el legado de su familia, logrando que, a esta edad, no solo la Sub-20 de Perú se fije en él, sino también la de Estados Unidos.

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La primera persona que le inculcó el balompié fue su padre. Junto a él, Quembol creció pateando la pelota y también viendo a los dos grandes referentes de su familia. “He ido a ver jugar a mi papá, también lo veía jugar a mi tío, el ‘Cuto’, por la TV, también lo veía jugar a Jefferson. Eso entró en mí y nació esa pasión por el fútbol”, recuerda.

Quembol (03/02/2003) nació en Estados Unidos, en el estado New Jersey, pero sus padres lo trajeron al Perú cuando tenía solo cinco años. Desde entonces, pasó mucho tiempo sin volver al país norteamericano. Creció en el barrio de Cruz Verde, en Chincha, y desde los siete años empezó a entrenar en academias deportivas.

Cuando tenía 12 años, a Guadalupe le llegó la gran oportunidad de enfrentar a Sporting Cristal en un partido amistoso y no la desaprovechò. En esos tiempos, él jugaba como delantero y se lució con un hat-trick para darle la victoria a su equipo (3-2) sobre los rimenses, quienes quedaron encantados con el talento de aquel joven atacante y no dudaron en sumarlo a sus filas.

“Íbamos en representación de la Municipalidad de mi barrio, allá en Chincha. Fuimos, ganamos 3-2, yo hice los tres goles y me quedé. Ahí estuvo el profesor Víctor Reyes y Edgar Ruiz, ellos me recibieron y bueno me quedé en Cristal”, rememora.

Del club celeste, Quembol se llevó los mejores recuerdos. Ahí se formó varios años, conoció muy buenas amistades con los que creció conjuntamente como futbolista, tuvo entrenadores que le ayudaron mucho en su carrera y, lo más importante, recibió su primera convocatoria en la selección (Sub-15).

“Conocí a grandes personas. Compartí con grandes jugadores como Joao Grimaldo, que ahora está destacando en el primer equipo. Jugué con él, compartí mucho; Marlon Perea, Joshua Cantt, Omar Varillas, muchos otros compañeros que tuve allá en Cristal y también buenos profesores como Conrad Flores, Julinho… Muchos bonitos recuerdos tengo de Cristal, mi primera convocatoria en la selección. Muchas cosas bonitas”, recapitula.

Quembol Guadalupe en su etapa en el fútbol formativo peruano
Quembol Guadalupe en su etapa en el fútbol formativo peruano

Aventura norteamericana

Las cosas se complicaron para todos cuando la pandemia de la COVID-19 comenzó a arrasar con el país. El fútbol se paralizó y la cantera nacional padeció los mayores estragos, quedando sin actividad durante mucho tiempo. Como máximo, los jóvenes podían aspirar a los entrenamientos virtuales. En medio de ese contexto adverso, Quembol Guadalupe encontró una salida importante para no quedarse nulo: Estados Unidos.

“Yo llevaba dos días entrenando con la reserva y, al tercer día, sale la noticia de la cuarentena. Me fui a Chincha, estuve todo ese tiempo allá sin entrenar. Obviamente, entrenaba por zoom, pero no es lo mismo. Entrenaba por mi cuenta, con mi papá, y luego llegó una propuesta de mis agentes actuales. En ese tiempo no tenía contrato con Cristal y me propusieron la opción de jugar en Orlando. Mis agentes le mostraron videos míos, vieron un jugador de selección libre; entonces, no dudaron, me contactaron y así llegué a Orlando”, cuenta Quembol.

Lo más difícil para él, en ese cambio, fue el hecho de tener que alejarse miles de kilómetros de su familia. Sin embargo, en materia futbolística, no sintió tanta dificultad. Logró acoplarse muy rápido a su nuevo equipo y ahora ya se posiciona como uno de los mejores centrales de su categoría.

Quembol Guadalupe entrena en el Orlando City Academy desde octubre del 2020
Quembol Guadalupe entrena en el Orlando City Academy desde octubre del 2020

Quembol juega con el Orlando City Academy en la MLS Next Pro, una liga estadounidense y canadiense afiliada a la Major League Soccer. Ahì continùa trazando su exitoso camino en el deporte rey, bajo los consejos de nada menos que Pedro Gallese, quien es portero titular del primer equipo.

“Con Pedro tengo buena relación de amigos. Lo conocí cuando me llamaron para hacer la pretemporada con el primer equipo aquí en Orlando. Él fue quien me integró al grupo. Me ayudó mucho y estuvimos toda la pretemporada ahí. Salíamos a comer, como una relación de amigos. Siempre tengo su apoyo. Yo un día le pedí un consejo. Me dijo paciencia, que todo era a su tiempo, que siga trabajando y que las cosas se iban a dar poco a poco”, narra.

Lo importante es que Quembol sigue esforzándose día a día para mejorar. En su equipo están satisfechos con el proceso que el joven peruano está llevando y ahora solo queda seguir por el mismo camino triunfal que ha emprendido en norteamérica.

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Transición extraña

Quembol Guadalupe inició su aventura futbolística destacando como delantero neto, pero retrocedió varios metros en el campo en un día de entrenamiento común y corriente. Brusca e inesperadamente. De la misma forma que ocurrió con el ‘Cuto’ Guadalupe, su tío.

“Ese cambio se dio con el profesor Julinho. Estábamos en un partido de práctica entre nosotros y le faltó un central. Yo me ofrecí, el profesor me vio y le gustó. Me dijo que me iba a quedar en esa posición. Me quedé y ahí me fue bien”, recuerda.

Ahora, Quembol se siente bastante cómodo en esa posición. Con su casi dos metros de estatura, se impone en el juego aéreo sobre sus rivales. Le gusta salir jugando desde atrás, como se lo inculcaron a Sporting Cristal, y también sumarse al ataque cuando sea necesario.

“Me gusta jugar ahí (de zaguero), aunque me gusta también atacar mucho. Me gusta estar en el ataque y cuando puedo, hacer el gol”, enfatiza.

“Mis virtudes creo qué son el juego limpio, trato de filtrar mucho, el juego del peruano de centrar mucho, pase al espacio. Soy muy agresivo, me gusta ir a las divididas fuerte y ganarlas, arriba, despeje. Y yo creo que uno de mis defectos es la mentalidad, la falta de confianza, la inseguridad. Eso es lo que estoy tratando de mejorar”, agrega.

No hay dudas de que, hoy por hoy, Quembol es mucho mejor que antes, tanto física como mental y técnicamente. Sus aprendizajes en Estados Unidos están dando sus frutos. Eso sí, el camino qué le falta recorrer todavía es largo. Y, en el mundo quiere seguirle los pasos a Virgil van Dijk, mientras que a nivel de selección y en el fútbol estadounidense a Alexander Callens, el zaguero peruano qué brilla en el New York City FC.

Selección y otros sueños

La primera vez que Quembol vistió la ‘Blanquirroja’ tenía menos de 15 años. Fue para la Sub-15 y así empezó una historia especial con el combinado nacional. “Llegó la lista al club. Nos dieron la noticia a todos después de entrenar. La primera convocatoria mía fue en Sporting Cristal. Si no me equivoco, la noticia me la dio Julinho. Fui a mi casa, le conté a mis papás. Todos felices y alegres. Son bonitos recuerdos”, cuenta.

Quembol Guadalupe (#4) con la selección sub-15 en el 2019 | Foto: FPF
Quembol Guadalupe (#4) con la selección sub-15 en el 2019 | Foto: FPF

Lamentablemente, el futbolista nacido en New Jersey no pudo seguir su camino en la categoría Sub-17 debido a la pandemia, pero se ha mantenido cerca de la selección, al ser parte del sparring del equipo de Ricardo Gareca en reiteradas oportunidades. Para él, eso representa uno de los mayores éxitos en su carrera.

“Fue un logro muy grande en mi carrera. Competí con jugadores mundialistas y eso también me ayudó anímicamente para darme cuenta que cada vez estoy más cerca del objetivo que tengo. Mi familia está orgullosa también. Todos felices”, expresa.

Ahora, Quembol forma parte del nuevo proceso de la Sub-20 de Perú, que está a cargo de Gustavo Roverano y que apunta al Mundial Indonesia 2023. Si bien últimamente el prometedor zaguero no ha sido considerado en los microciclos, el técnico uruguayo lo sigue teniendo en cuenta.

“El profesor Gustavo Roverano me llamó, se contactó conmigo para darme la tranquilidad de que contaba conmigo, que me tiene en cuenta, que no me preocupara por eso y que siga trabajando que lo estoy haciendo muy bien y que le voy a aportar mucho a la selección”, reveló.

Eso sí, no hace mucho Quembol se encontró en una situación complicada. La Sub-20 de Estados Unidos también se interesó en sus servicios y él aceptó la convocatoria para entrenar con el equipo norteamericano, decisión que causó polémica en esta parte del mundo. Sin embargo, en un contexto así, era lo mejor para él y su carrera.

“Me contactaron (Estados Unidos). Me estaban viendo jugar. Me seguían desde hace mucho tiempo. Me llegó la noticia y me sorprendí mucho. No te voy a negar que me alegré, pero no fue una decisión que tomé así a la ligera. Me detuve, pensé mucho, porque sabía yo que esto iba a traer un poco de consecuencias, como siempre hay. Creo que la decisión que tomé fue la mejor, acepté la propuesta, me fui y estoy bien. No le he cerrado las puertas a ninguna selección todavía. Y estoy ahí, siguiendo, a ver qué pasa más adelante”, explica.

Pero su sangre es más peruana que estadounidense. Si Quembol tuviera que elegir entre ambas selecciones, en un hipotético escenario, él no dudaría en apostar por los colores de nuestra bandera. Lo tiene claro.

“Es una pregunta muy difícil, pero como siempre lo he dicho: Perú lo es todo, mi familia, mi vida, mi barrio, mi gente. En el momento que me toque, tomaré la mejor decisión, que me favorezca a mí como jugador. Pero como yo te digo, Perú, no hay ninguna duda. Me gustaría jugar un Mundial con Perú, una Eliminatoria con Perú, por cómo se siente, por cómo se vive. Es muy diferente. Aparte que para mí llevar el escudo del Perú en el pecho significa mucho”, manifiesta.

Quembol Guadalupe se seguirá esforzando para afianzarse de la mejor manera en la selección peruana Sub-20 y ser un jugador indiscutible. Tiene mucho por demostrar todo este tiempo. Le sobra potencial. Además, con el apoyo de su familia —de justamente dos referentes que han pasado por lo mismo— sin duda alguna podrá enderezar correctamente su rumbo. Entre sus metas, además de la selección, también está jugar en Europa y no descansará hasta conseguirlo.