Daniel Ahmed es el jefe de la Unidad Técnica de Menores. El próximo reto del argentino será el Mundial Sub 17 en nuestro país. (Foto: USI)
Daniel Ahmed es el jefe de la Unidad Técnica de Menores. El próximo reto del argentino será el Mundial Sub 17 en nuestro país. (Foto: USI)
Ricardo Montoya

Valdano afirmaba que el fútbol es siempre una buena excusa para sentirse bien respecto de cualquier otro asunto pendiente. Nuestra selección adulta ha servido, el último tiempo, como pretexto para reforzar una peruanidad que debería cimentarse principalmente en otros valores, pero que encontró en la pelota, además del ‘boom’ gastronómico, una manera con qué enorgullecer al país. Hoy se estrena otra edición del y la responsabilidad de prolongar el júbilo que su representativo mayor ha regalado al hincha recae en el plantel que el ahora peruano ha trabajado con diligencia.

Dos veces: una en 1999 y otra en el 2013, Perú estuvo en la antesala mundialista de la categoría. Dos veces, también, se quedó ahogado en la orilla, rumiando la bronca de dejar escapar el pasaje a la Copa del Mundo. El inolvidable ‘Negro’ Fontanarrosa decía que “si la televisión solamente se hubiese creado para trasmitir el fútbol, ya estuviera largamente justificada su existencia”. Por eso hoy, desde las 5:30 de la tarde, la ilusión de los peruanos frente a la señal que llegue desde el estadio Fiscal de Talca, será la de comprobar que su joven equipo es capaz de conseguir esta vez lo que los dirigidos por Oblitas y por el propio Ahmed no pudieron hacer en el 99 ni en el 2013, respectivamente.

Existen varias coincidencias entre las campañas. Por ejemplo, las dos se disputaron en Argentina y, en ambas ocasiones, una victoria contra Chile nos hubiese puesto en el Mundial. También, las dos veces, estuvimos adelante en el marcador, pero tuvimos que deshacer maletas a escasos minutos del final.

En 1999, el grupo del ‘Ciego’ Oblitas que encabezaban ‘Cucaracha’ Balbín y Piero Alva no pudo clasificar al Mundial por un inexplicable yerro de Ángel Sánchez, uno de los jueces de línea de aquella amarga tarde. Hasta los 75 minutos de juego, Perú ganaba cómodamente 2 a 0 con goles del ‘Burrito’ Ascoy y Alva, pero luego un disparo envenenado de Nicolás Córdova, actual director técnico de Universitario, acercaría a los chilenos a la igualdad. Diez minutos más tarde se consumaría la tragedia: incomprensiblemente, el mentado Sánchez se empeñó en ignorar que tres jugadores de la selección de la estrella solitaria estaban fuera de juego cuando marcaron el empate; no levantó la bandera y extinguió, a cinco minutos del final, la ilusión que empezaba a encender los festejos en Lima. Jugadores de la talla de ‘Pompo’ Cordero, ‘Coco’ Araujo, ‘Polvorita’ Carrión, Ismael Alvarado y el ‘Chino’ Benavides fueron algunos de los integrantes de aquel elenco nacional.

Ese Perú de Oblitas era ordenado, pundonoroso y efectivo, pero carecía del juego que, años más tarde, exhibiría la selección del 2013. Ese once de Ahmed hacía presión alta y tenía una vocación ofensiva permanente. No era equilibrada en su defensa, pero poseía jugadores de pie fino que regalaban, casi siempre, un buen espectáculo. Yordy, ‘El Orejas’, Benavente, Gómez, Polo, Jean Deza, hicieron en Argentina un campeonato dignísimo, en el que doblegaron merecidamente al Scratch. Sin embargo, a la hora de la definición no pudieron vencer a Chile pese a que habían tomado ventaja con un cabezazo de Edison Flores. Minutos más tarde Brian Rabello, desde 40 metros, nos recordaba que el fútbol no es solo arte: también es drama.

Esta tarde Ahmed, con otros chicos, lo intentará de nuevo. En la previa, el equipo ha hecho las cosas como se debe. El verdadero problema a resolver ahora es que al frente tenemos un rival de linaje: Uruguay, vigente campeón del torneo. La tarea no es fácil pero Ahmed, seis años después, va por su revancha.

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