Tres aspectos a mejorar en defensa de cara a las Eliminatorias

Dos amistosos, una derrota y un empate. El inicio de las Eliminatorias está a menos de un mes y, en esta ocasión, me detuve en el montaje defensivo de la selección peruana para analizar algunos puntos que, a mi consideración, deben ser revisados por el comando técnico liderado por Ricardo Gareca. 

1. Tiempo, espacio. Cuando un entrenador coloca dos líneas de cuatro, la del medio debe ejercer una presión organizada y, de cierto modo, asfixiante sobre la posesión del rival. El objetivo es disminuir tiempo y espacio para que el rival piense. De este modo, obligas al contrario a que el pase filtrado a la espalda de la zaga sea una obligación de último recurso, en lugar de una opción. Si los medios contrarios juegan sin presión, la defensa en línea es suicida. Pasó ayer contra Colombia, había pasado frente a Brasil en la Copa América. El gol de Bacca es un ejemplo de lo antes explicado: Tapia ni Lobatón presionan a Macnelly Torres, quien filtra el pase a la espalda de la defensa –la zona más vulnerable cuando utilizas una defensa en línea– sin obstáculo alguno. Se debe mejorar en la presión en ese espacio del campo, de manera organizada según el esquema ofensivo del rival.

2. La banda izquierda. Es el sector del campo que más dudas genera desde la Copa América. Colectiva e individualmente. Lo que suele hacer el equipo de Gareca es replegar a Cueva y formar una línea de cinco en el fondo, con Vargas más cerca de los centrales. Cuando el puntero no retrocede –en este caso Cueva–, Juan Manuel sufre. Sufre porque queda en desventaja y, por momentos, desespera ver la libertad con la que recibe su rival inmediato en ese sector. Y sufre porque tanto él como Yotún o Céspedes –las otras alternativas de lateral– carecen de fundamentos de marca. La mayoría de acciones de peligro y goles que nos generaron desde la Copa fueron por ese sector. El tema a analizar es: si no es Vargas, quién puede ser por ese sector. Las alternativas son pocas. Ante la ausencia de estas, la otra opción es fomentar un montaje defensivo que proteja ese sector con relevos del volante central.

3. Un sector distinto. Las caídas de la selección no han sido tan contundentes como para obligar a Gareca a modificar la idea en sector defensivo. Como había dicho luego del partido contra Estados Unidos: la selección vincula las líneas a través del balón, pero esa dinámica que intenta tener con la circulación, a veces, resulta perjudicial en el orden defensivo a partir de una pérdida. Y es lógico: mientras más desmarcas, más te cuesta recomponer el montaje de recuperación. Eso es fácil de detectar. Desde la Copa, sea por errores individuales o colectivos, cuando el equipo perdió la pelota en un lugar distinto al área propia, la jugada inmediata casi siempre terminó en una acción de gol para el contrario. Este es, entre otros, un signo de que el equipo defiende mal. Cuando este sucede, es porque o no hay una prevención de pérdida del balón, un sistema de relevos, de equilibrio defensivo. Y si la hay, cuesta ejecutarla.

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