Roger Federer no pudo contra Alexander Zverev la semana pasada en la final del Masters de Montreal. (Foto: AFP)
Roger Federer no pudo contra Alexander Zverev la semana pasada en la final del Masters de Montreal. (Foto: AFP)
Ricardo Montoya

La sensación de ‘déjà vu’ que vive el tenis mundial, con las leyendas vivientes y disputándose el número 1 del ránking ATP es, en realidad, el último paréntesis glorioso de estas estrellas del deporte blanco, antes de la inminente entrega de la posta hacia las nuevas figuras. Los dos van a poder, muy posiblemente, seguir ganando títulos; pero cada vez con menor frecuencia. Los nombres del canadiense Denis Shapovalov, el australiano Nick Kyrgios y, sobre todo, el alemán Alexander Zverev son las más serias amenazas a la supremacía de estos próceres del deporte de caballeros. Este año, el 2017, ya tiene el color de los dos íconos de la red. El 2018, en cambio, con el ascenso paulatino de los jóvenes y el regreso de Andy Murray y Novak Djokovic, la cima del tenis mundial despide desde ya el olor de una disputa encarnizada.

Zverev, Kyrgios y Shapovalov, aunque con distintas características de juego y temperamento, también reúnen algunos rasgos similares del jugador de tenis de la modernidad del nuevo siglo. Los tres son muy altos: ‘Sascha’ Zverev y Nick Kyrgios superan el 1,90 metros; mientras que Denis mide 1,84 pero tiene mayor margen de crecimiento físico, ya que recién cumplirá 19 años en abril próximo. Los tres hacen alarde de una potencia poco común y son, además, excepcionalmente talentosos.

‘Sascha’ Zverev tiene casi dos metros de estatura. Esto le permite una notable envergadura que le facilita su alcance a cualquier punto del court, sin perder el control de su centro de equilibrio. Sus rápidos golpes lucen como asaltos de esgrima y su servicio es un arma de fuego. ‘Sascha’ ha incorporado al ex número uno del mundo, Juan Carlos Ferrero, a su grupo de trabajo con la idea de sumarle calidad a su ‘staff’. Con ‘El Mosquito’ asistiéndolo, el imperturbable alemán derrotó a Kyrgios, Shapovalov y Federer y se consagró campeón en Canadá. Zverev ya ha conseguido otro Máster 1000 este año en Roma, derrotando a Djokovic en la final.

‘Sascha’ es el actual número 7 del mundo en un ránking engañoso. Él es, junto a Federer, el tenista que mejor está jugando. De todas formas, este Lendl, versión siglo XXI, aún debe mejorar su volea y sus drop shots (dejadas) si pretende ganar torneos de Grand Slam que lo conduzcan pronto a la cúspide del deporte blanco.

Nick Kyrgios es, después del incomparable Roger, el tenista más talentoso de todo el circuito. Inspirado, puede humillar al más fuerte. Su servicio es una ‘bazooka’ y su inventiva es solo comparable a la de los grandes del deporte. El problema con el australiano es su enrevesada personalidad. Es impaciente, poco constante y pierde motivación con asombrosa facilidad. Igual, cuando Kyrgios hace foco, su talento y su potencia son descomunales. Este año batió a Djokovic dos veces y su récord todavía registra números positivos frente a ‘Sascha’ Zverev. Si está bien física y mentalmente, es candidato serio a imponerse en el Abierto de Estados Unidos.

El tercero en cuestión, Shapovalov, es todavía un enigma. De momento ha logrado que mucha gente que no estaba interesada en el tenis se vuelque hacia el deporte gracias a él. “Juega naturalmente, es un placer verlo”, ha manifestado el gran Roger tras el sorprendente triunfo del joven canadiense sobre Rafa, en Montreal. Shapovalov, además de un juego brillante, posee un carisma comparable al de André Agassi cuando recién comenzaba. Su energía y sus destrezas son una brisa fresca para un circuito que clama por nuevos ídolos.

Con 5 de los mejores 10 fuera del Abierto de Estados Unidos por lesión y otros en duda o lejos de su mejor forma (Federer, por ejemplo), las puertas están abiertas para que algún joven escriba historia nuevas en la Gran Manzana. ¿Será alguno de ellos?

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