Los redactores toman todas las medidas de seguridad para salir a la calle a buscar la noticia.
Los redactores toman todas las medidas de seguridad para salir a la calle a buscar la noticia.
/ Leandro Britto
Norka Peralta Liñán

Elena Trujillo Malpartida vende periódicos en el cruce de las avenidas Canadá con Campodónico, en el distrito de La Victoria, hace 15 años. No descansa nunca incluso ahora que el país acata la orden de inmovilización social para prevenir el contagio de . En un día regular en Lima, donde gobiernan los claxons y todos vamos apurados a cualquier parte, es difícil reparar en ella. En estos días, sin embargo, con poca gente y vehículos en las calles, uno ve las cosas con claridad, en especial a los personajes anónimos.

Confirmar cada día que sigue en ese punto me impulsa a hacer mi labor periodística lo mejor posible. Soy editora de Nacional, la sección que lleva sobre sus hombros la mayor carga de esta cobertura periodística sui generis en la historia. Somos 19 personas en Lima, pero actualmente solo dos a tres redactores salen a la calle por día, dos trabajamos en la sala de redacción de El Comercio por la mañana y otras dos vienen al promediar las 2 p.m. para encargarse de la jornada de cierre del diario impreso, ese que Elena Trujillo hará que llegue a nuestros lectores en tiempo difíciles. El resto del equipo para reducir el riesgo de contagio en el equipo y, por supuesto, en sus familias.

Hacer periodismo sin salir de casa puede sonar cómodo, pero no lo es, es muy difícil. Primero, porque es un contrasentido del oficio: para contar historias hay que salir a buscarlas a las calles, pero, como dicen nuestros padres y abuelos, la salud está primero y debemos cuidarnos entre nosotros reduciendo las posibilidades de infectarnos. De esta forma, si alguno contrae el virus y debe ser aislado, habrá alguien que podrá reemplazarlo. Trabajar en casa tiene también la desventaja de que la caída del Wi-Fi doméstico haga lenta, hasta el sufrimiento, la tarea de subir fotos y textos a la página web del diario que buscamos esté actualizada minuto a minuto.

A esto hay que añadirle que, estando en casa, los que tienen hijos y padres de avanzada edad ahora deben hacerse cargo de ellos las 24 horas del día. En mi caso, no vivo con mis padres, a quienes no veo desde el domingo 15 de marzo. Ese día, por la mañana celebramos el cumpleaños de mi papá. Por la noche, el presidente y aislamiento social.

Quienes salen a la calle enfrentan otros desafíos. No solo están expuestos a mayores posibilidades de contagio, aunque usen mascarillas, también tienen el deber de regresar a la redacción en poco tiempo. Después de reportear, tienen pocas horas para escribir sus notas asignadas ya que el horario de cierre del diario impreso se ha reducido para acatar la orden de inmovilización social que empieza a las 8:00 p.m.


El periodista de El Comercio Juan Guillermo Lara en medio de una cobertura en épocas de cuarentena y coronavirus.
El periodista de El Comercio Juan Guillermo Lara en medio de una cobertura en épocas de cuarentena y coronavirus.
Redactores y fotógrafos se protegen en medio de sus labores.
Redactores y fotógrafos se protegen en medio de sus labores.

A las 2 p.m. llegan dos editores que se hacen cargo de revisar sus notas y muchas de las otras que el equipo en modo teletrabajo ha producido también en tiempo récord. Si lo vemos desde el lado positivo, como suele decirme mi madre y es como hay que ver las cosas en estos días, nos hemos vuelto más eficientes. Todos los procesos detrás de la producción de noticias en El Comercio se han agilizado para reducir la posibilidad de contagio de los que están en exteriores y evitar que el toque de queda nos sorprenda en el regreso a nuestros hogares. Trabajamos, hoy más que nunca, como una familia… aunque no nos podamos ver.

Al interior del país, nuestros diez periodistas realizan una labor aún más dura, pues en muchas ciudades el tránsito vehicular se ha restringido totalmente, por lo que deben caminar largos tramos en busca de la noticia. Y, sin embargo, cada día de esta cuarentena nos sorprenden vía Whatsapp avisándonos desde muy temprano de un hecho y reporteándolo. A veces, de tantos chats de trabajo que se han multiplicado gracias a la cuarentena nacional, no puedo leer al instante sus reportes, pero compruebo que siguen al pie del cañón cuando veo las notas en web enviadas desde distintas regiones, así como sus tuits y transmisiones en vivo en Facebook.

Colaboradores de El Comercio en todo el país hacen esfuerzos para llevar la noticia a los lectores.
Colaboradores de El Comercio en todo el país hacen esfuerzos para llevar la noticia a los lectores.

El despliegue de este esfuerzo periodístico no sería posible sin el soporte que tenemos detrás. Desde los conductores de las unidades móviles en Lima que nos recogen y devuelven a nuestras casas, los trabajadores de limpieza que cada cierto tiempo desinfectan nuestros escritorios, las asistentes de administración que gestionan los recursos necesarios para trabajar con la mayor comodidad posible en estas circunstancias y el personal de seguridad que, como parte del protocolo ante el COVID-19, nos toma el control de la temperatura al ingreso al diario para mandarnos a casa si es que presentamos fiebre y así evitar contagiar a los pocos que ahora estamos en la redacción principal de El Comercio.

Un reducido grupo de periodistas de El Comercio van todavía a la redacción y son sometidos a controles de temperatura a la entrada.
Un reducido grupo de periodistas de El Comercio van todavía a la redacción y son sometidos a controles de temperatura a la entrada.

Otro aspecto positivo, dentro de todo, es confirmar que hoy más que nunca el periodismo es necesario. Ante las y virales que todos recibimos a diario y que solo sirven para alimentar miedos e incertidumbres, los periodistas tenemos claro que nuestra labor es despejar dudas y temores con información empática, responsable y de calidad. Nuestro trabajo también . Somos conscientes de esta gran responsabilidad en un momento único de la historia y, que estoy convencida, dará nuevos aires a nuestro oficio.

Frente a esta epidemia mundial, la sección Nacional en Lima y provincias hace un gran esfuerzo en tiempos de crisis, pero sobre todo nos cuidamos, como hacen las familias y, por ello, quiero terminar este párrafo con sus nombres, para que conozcan al equipo detrás de las noticias que El Comercio hace llegar a sus lectores a través de todas sus plataformas: Rocío La Rosa, Hernán Medrano, Gladys Pereyra, Juan Guillermo Lara, Fernando Alayo, Lourdes Fernández, Claudia Sovero, Roger Aguilar, Lupe Muñoz, Francesca García, Oscar Paz, María del Carmen Yrigoyen, Enrique Vera, Jorge Falen, Pier Barakat, Jorge Malpartida, Daniel Bedoya, Ricardo León, Laura Urbina, Carlos Fernández, Carlos Peña, Manuel Calloquispe, Melissa Valdivia, Zenaida Condori, Ernesto Suárez, Daniel Carbajal, Jorge Quispe y Hugo Anteparra.

A ellos se suma la destacada contribución de Juan Pablo León, Rodrigo Cruz y Gino Alva, integrantes del equipo de Informes Especiales, quienes junto a los periodistas del área de Video vienen realizando reportajes, crónicas e investigaciones sobre esta pandemia.

El equipo de cierre de la sección Nacional del diario al final de su jornada.
El equipo de cierre de la sección Nacional del diario al final de su jornada.


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