Ricardo León, periodista de El Comercio, en la primera parada del viaje a la frontera, en Jaén. El viaje terminó antes de tiempo ante el avance del coronavirus. (Foto: Rudy Jordán)
Ricardo León, periodista de El Comercio, en la primera parada del viaje a la frontera, en Jaén. El viaje terminó antes de tiempo ante el avance del coronavirus. (Foto: Rudy Jordán)
Ricardo León

Para los periodistas, la cobertura sobre la pandemia de es un reto complicado: la noticia gira en torno a los pacientes infectados, a los nuevos casos, a los fallecidos, pero todos ellos están ocultos ya sea por el respetuoso anonimato o porque están en cuarentena. A esa dificultad hay que sumar el riesgo al contagio al que se exponen los equipos de reporteros que siguen visitando aeropuertos, hospitales, comisarías. Todo ello, además, en una ciudad confinada, encerrada, suspendida en el tiempo y el espacio.

Pero, ¿qué ocurre con los periodistas que tuvieron que regresar atropelladamente a la capital mientras detrás de ellos los países, las regiones y después hasta pequeños distritos cerraban sus puertas para evitar que entre el virus? ¿Cómo se vive a la distancia el inicio de una crisis nunca antes vista?

Este es la línea de frontera entre Perú y Ecuador. En los últimos días, cada país vivió la crisis a su manera, pero ambos con un elemento en común: las fronteras herméticamente cerradas. (Foto: Ricardo León)
Este es la línea de frontera entre Perú y Ecuador. En los últimos días, cada país vivió la crisis a su manera, pero ambos con un elemento en común: las fronteras herméticamente cerradas. (Foto: Ricardo León)

El domingo ocho de marzo, dos días después de que el presidente Vizcarra anunciara en conferencia de prensa , ocurrieron varios hechos simultáneos: el Lima, el ex primer ministro luego de que se suspendiera una orden de prisión preventiva, mientras constitucionalistas (o el desliz) de Vizcarra en torno a la pena de muerte para violadores; ese mismo día, y, en Roma, el papa Francisco rezaba y . A la misma hora, en Jaén, dos reporteros de El Comercio subían a un ómnibus que 16 horas después los dejaría en Zambi, una pequeña y remota localidad de la provincia de Loja, en Ecuador, donde iniciarían una investigación sobre la minería ilegal en la frontera que duraría toda la semana. Cuando llegaron a suelo ecuatoriano, el lunes, ya había 9 infectados en el Perú.

En los días siguientes, el equipo vivió un silencio mediático: se recorrieron varias zonas de la frontera donde no había señal de celular ni de internet, y donde los moradores solo pensaban en la actividad que realizan: la minería informal. A estos inhóspitos territorios de selva no llegaban ni el coronavirus ni las noticias.

El terminal terrestre de Zumbi, en Ecuador, lucía casi vacío hace apenas unos días, cuando ya se comenzaba a sentir el avance del virus en los países de la región. (Foto: Rudy Jordán)
El terminal terrestre de Zumbi, en Ecuador, lucía casi vacío hace apenas unos días, cuando ya se comenzaba a sentir el avance del virus en los países de la región. (Foto: Rudy Jordán)

La investigación continuaría en el Perú, en varios distritos de la provincia fronteriza de Condorcanqui, en la región Amazonas. Si en el viaje de ida a Ecuador, en el puesto fronterizo el personal de migraciones apenas hizo una breve referencia sobre la amenaza del virus, al regreso fue distinto. En la caseta de lado peruano, un médico del Ministerio de Salud, enfundado en un traje de plástico y cubierto con máscara, guantes y botas, hacía un registro detallado del recorrido de los viajeros, de sus desplazamientos, de su estado de salud, de sus síntomas eventuales. Pocas horas después de que los reporteros cruzaron hacia el Perú, el gobierno de Ecuador cerró su frontera con varias decenas de infectados a cuestas, además de dos muertos.

En Condorcanqui, la situación no era más tranquila. En esta provincia viven 60 mil personas, la gran mayoría indígenas awajún y wampis establecidos a lo largo de habitan 268 comunidades nativas. Al llegar, la entrevista pactada con el alcalde demoró porque estaba reunido con todas las autoridades de la zona (alcaldes, policías, jueces, apus indígenas, militares, sacerdotes). Los awajún y wampis estaban sumamente alarmados por la posibilidad del contagio del COVID-19, no solo por la escasez de personal médico (cinco en toda la provincia), sino porque es un sector ya afectado por la desnutrición, la anemia y otros males derivados de su condición de pobreza y aislamiento.

Requejo adelantó que se evaluaban medidas restrictivas, como impedir el acceso a la provincia de ciudadanos que no pertenecieran a esta, incluso comerciantes, transportistas o funcionarios de otras zonas de Amazonas. Ni qué decir de periodistas que venían del país vecino. De esta manera, esperaba evitar el riesgo de contagios. También se indicó que los indígenas que estuvieran en Santa María de Nieva, Cenepa y otros distritos, se desplazaran a sus comunidades de origen. “El pueblo indígena no es igual, prefiero vulnerar normas, por encima de las normas tenemos que actuar. Un contagio masivo sería fatal. Esto nos obliga a tomar decisiones más drásticas”, dijo Requejo a El Comercio. Finalmente, se emitió la ordenanza municipal 04-2020-MPC, que establece el “estado de emergencia provincial” y que, entre varias disposiciones, como el cierre de cualquier negocio que no sea de venta de productos de necesidad básica, establece que la compra de alimentos se realizará solo entre las 7 de la mañana y el mediodía.

Héctor Requejo, alcalde de la provincia fronteriza de Condorcanqui (Amazonas), ordenó el cierre de todas las vías de acceso a su jurisdicción. Temía un contagio masivo de la población indígena local. (Foto: Ricardo León)
Héctor Requejo, alcalde de la provincia fronteriza de Condorcanqui (Amazonas), ordenó el cierre de todas las vías de acceso a su jurisdicción. Temía un contagio masivo de la población indígena local. (Foto: Ricardo León)

El equipo de este Diario dejó Condorcanqui y otra puerta se cerró detrás. El sábado 15 de marzo, al llegar a Lima luego de cancelar vuelos y comprar a último momento pasajes en ómnibus, ya había 43 pacientes confirmados. Al día siguiente, el Gobierno decretó el aislamiento social obligatorio.

Rudy Jordán, videorreportero de El Comercio, cruzó la frontera de Ecuador hacia Perú en medio de estrictas medidas de seguridad sanitaria. Pocas horas después, la frontera fue cerrada. (Foto: Ricardo León)
Rudy Jordán, videorreportero de El Comercio, cruzó la frontera de Ecuador hacia Perú en medio de estrictas medidas de seguridad sanitaria. Pocas horas después, la frontera fue cerrada. (Foto: Ricardo León)

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