(Foto: El Comercio)
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Luis Fernando Alegría

El 2018 es un año que, en el plano económico, comienza a presentar contrastes entre las proyecciones oficiales del gobierno y lo que esperan los agentes internacionales y del sector privado. Esta semana la primera ministra, , se mostró convencida de que la economía peruana puede superar el 4% de crecimiento este año; dato que se ha vuelto una especie de umbral psicológico que separa las perspectivas.

De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el PBI local crecería 4% este año y el Banco Central de Reserva (BCR) sostiene que el dinamismo estaría alrededor de 4,2%. Los funcionarios de ambas entidades han subrayado que los buenos fundamentos de la , sumados a un entorno internacional favorable, deberían dar soporte a este panorama.
Si bien los agentes del sector privado coinciden en que los vientos externos son favorables para el Perú, también observan que la incertidumbre política es un viento en contra, cuyo impacto todavía es incierto.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

Mientras el MEF y BCR perciben que el ruido político ha sido algo temporal, los analistas económicos ven el panorama con mayor escepticismo. De hecho, de un total de 34 proyecciones distintas recopiladas por este diario, 20 de ellas se ubican debajo de 4%.

Más aun, en la última semana ha habido recortes de estimaciones entre aquellos más cercanos al optimismo oficial. Por ejemplo, JP Morgan redujo su pronóstico para la economía peruana desde 4,4% a 4,2%. En tanto, el banco Itaú hizo lo mismo, pasando de 4,2% a 4%. En tanto, la agencia calificadora de riesgos Fitch anunció que revisaría a la baja su proyección de 4% para el país.

BALANCE DE FUERZAS
El denominador común que explica los recortes de proyecciones es la crisis política.

Para Itaú, por ejemplo, esta va a tener un impacto negativo sobre el crecimiento de la inversión. En esto coincidió César Peñaranda, director ejecutivo del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima, quien considera que no hay visos de que la tormenta política se calme, sino que podría incluso agravarse.

“En las circunstancias actuales solo se tiene certeza del panorama favorable del sector externo, pero ello no basta para pretender alcanzar una tasa de crecimiento como la estimada por nosotros y más bien habría que ajustarla a la baja”, sostuvo. Su proyección es de 3,9% y, por ahora, la mantiene pero con un sesgo a la baja.

Jaime Reusche, vicepresidente de la agencia Moody’s, recordó que el año pasado –en medio de la crisis política– consideraron bajar su pronóstico hasta un rango entre 3% y 3,5%; pero por ahora lo mantienen en 3,9%.

“Existen riesgos a la baja desde el 3,9% por el hecho que la crisis política pueda haber golpeado la confianza”, dijo. Agregó que, antes de cambiar la proyección, monitorearán los indicadores de confianza empresarial y del consumidor.

La turbulencia también ha impreso sesgo a la baja en las proyecciones de BBVA Research. Así lo adelantó su economista jefe para el Perú, Hugo Perea, quien agregó que las indefiniciones jugarían en contra de la inversión privada y también la pública.

Más aun, también observa riesgos externos, como un enfriamiento mayor de la economía china o una política monetaria más restrictiva en Estados Unidos.

Finalmente, Scotiabank ya tenía una proyección de 3,7% desde febrero del 2017, recordó Guillermo Arbe, gerente principal de Estudios Económicos de la entidad. En su visión, el principal riesgo es una subejecución del gasto público.

“Nuestra proyección de 3,7% sigue estando dentro del rango de lo posible, aunque ya no vemos ‘upside’ a esta cifra como antes”, comentó.

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