Leche
Manuela Zurita

¿Cómo es que hace dos semanas casi nadie le tomaba fotos a la máquina dispensadora de  que hay hace tres años en la estación central del Metropolitano? El aparato se roba flashes de los transeúntes y está operando al tope de su capacidad [y hasta 150% más] desde que aquel viernes en el que Panamá exigió a la empresa Gloria que corrigiera la definición del producto en la lata de leche evaporada de Pura Vida y quitara la imagen de la vaca del etiquetado.

"La traje para presentarla", cuenta Pawel Marcin, gerente general de Vakimu, marca láctea productora y comercializadora de leche fresca en Lima. "Varias veces la hemos presentado en Mistura", agrega el polaco, en perfecto español, en relación a la megaferia culinaria celebrada anualmente en la capital peruana.   

"La gente tiene un sol y toma un vasito de leche", dice para explicar cómo la usa y revela que el fabricante es un amigo europeo. Marcin la importó para probar y espera hacer de este otro negocio, confiesa. Y también dice que estaban esperando este momento. "Estamos bastante contentos, porque por fin la gente valora el producto que intentamos introducir hace cuatro años", afirma. "En algún momento tenía que dispararse", agrega.

 A diferencia de la gran mayoría de productores ganaderos lácteos en el Perú,  la compañía cierra el círculo del negocio: posee 100 vacas y una planta procesadora en Huaral, que le permiten abastecer el mercado limeño normalmente con 150 litros de leche fresca y de forma extraordinaria con 200. También producen yogures frutados sin colorantes.

Yazmín, una de las dos vendedoras que atienden el local, dice que esa cantidad antes del viernes aquel la vendían en cinco días. Hoy la colocan en uno. A ojo de buen cubero, ella estima que las ventas se han incrementado en 70%. El gerente dice que se han duplicado y un poco más. Sus fans de Facebook reflejan el interés. "Tienes leche en la estación central del Metropolitano?? Y el horario de atención?", pregunta una. "Ya tienen leche fresca? Como va mucha gente no si habrá :(" [SIC], dice otro. "Cuando lo venden en Megaplaza de los Olivos o en Plaza Norte", pregunta uno más.

 La apertura de nuevas tiendas está en el radar de la compañía. "Siempre pensamos en llegar a nuevos clientes", dice Marcin. Cuenta que lo intentaron en Garrama, en otra estación, la del Tren Áereo, pero no les fue bien, por falta de seguridad.

Aunque no desestima la oportunidad actual, el empresario sabe de antemano que lo que está pasando "es un boom", que "se va a calmar". No obstante, advierte un antes y un después en el consumidor. "Poco a poco se va a dar cuenta", dice, sobre la calidad de la leche. Según sostiene la leche fresca es cien por ciente leche, no está mezclada con agua, afirma ante la pregunta. Explica que lo nutritivo de la leche fresca está en la grasa. "Mejor comer poco de algo que te nutre", opina.

También advierte un punto de inflexión para los productores. "Hay bastante oportunidad. Sé que sufren los ganaderos por el costo de la leche", comenta. "Ahora el mismo ganadero puede pedir el precio que le permita sobrevivir", añade. Aunque dice que producir leche fresca es costoso: hay que obtener certificaciones y permisos y, sobre todo, controlar la cadena de frío. Así las cuentas,  la rentabilidad del negocio lácteo total deja entre 10% y 15%, versus un restaurante, que genera hasta 100% de ganancia. No se queja, compara. 

Lee más noticias de Economía en...

Contenido sugerido

Contenido GEC