(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Agencia Bloomberg

está atrapado entre dos economías, y su visita a San Francisco el jueves de esta semana demostró por qué.

El líder canadiense se movió por toda la ciudad para una serie de reuniones vinculadas a la tecnología: celebró los beneficios de los inmigrantes para un sector sediento de talento; tuvo una charla privada con Jeff Bezos, de Amazon.com, promocionando Toronto como segunda sede para el gigante minorista; y hasta recogió inversiones de Salesforce.com y AppDirect. Todo de acuerdo con la aspiración de Trudeau de volver a convertir a en un líder en tecnología, hasta ahora con resultados ambivalentes.

Lo acuciaban, empero, algunos problemas muy inmediatos para la economía de Canadá. Entre ellos, las divisiones generadas por un oleoducto y las dudas respecto de las negociaciones en marcha por el TLCAN en las cuales Estados Unidos, Canadá y México establecen sus posiciones respecto de industrias claramente análogas que están sumamente alejadas de Silicon Valley, como plantas fabriles y vacas lecheras. Trudeau lanzó incluso un ataque de la vieja escuela a Amazon, diciendo que defendería el comercio minorista tradicional a raíz de las exigencias de su propio banco central de controlar los poderes de las firmas “superestrellas” de tecnología.

Todo esto pone en evidencia una tensión central para Trudeau, que trata de crear una nueva economía defendiendo al mismo tiempo la que tiene de las amenazas de Donald Trump de abandonar el TLCAN y de los nuevos proyectos en materia de recursos de sus opositores locales, entre otras cosas.

“Nuestro objetivo es, en gran medida, no solo que la economía esté bien la semana próxima, sino cómo podemos garantizar que esté bien de aquí a una década, para la próxima generación”, dijo Trudeau el jueves.

"Trudeau lanzó incluso un ataque de la vieja escuela a Amazon, diciendo que defendería el comercio minorista"

AUMENTAN LOS RIESGOS
La economía de Canadá ha funcionado bien, encabezando en el 2017 el Grupo de los Siete en materia de crecimiento, pese a que se pronostica que caerá al tercer lugar este año en tanto aumentan riesgos como una desaceleración del gasto por parte de los consumidores nacionales muy endeudados y la dificultad que enfrenta el país para desarrollar la infraestructura necesaria a fin de llevar su petróleo al mercado.

Esta semana estalló incluso una guerra comercial entre dos provincias por un oleoducto que Trudeau prometió construir, al tiempo que intenta otro número de equilibrismo: reducir las emisiones en pro de una economía más verde sin debilitar el lucrativo sector petrolífero que ha impulsado gran parte del crecimiento canadiense en las últimas décadas.

Otro gran riesgo es el TLCAN, con las habituales amenazas de Trump de abandonarlo si no obtiene un acuerdo mejor. Chrystia Freeland, ministra canadiense que encabeza las negociaciones en representación de Trudeau, dijo a los legisladores en Ottawa este jueves que persisten diferencias significativas. Trudeau también lo dijo.

“Cualquier acuerdo debe beneficiar a todos y eso significa que deberemos garantizar que defendemos los intereses canadienses avanzando en un acuerdo que funcione para todos”, dijo.

No obstante, Trudeau recibió halagos de los líderes tecnológicos de Silicon Valley, que han chocado con Trump por diferencias políticas.

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