El sector construcción retomó la senda del crecimiento al anotar una expansión de 2,20% el año pasado. (Foto: El Comercio)
El sector construcción retomó la senda del crecimiento al anotar una expansión de 2,20% el año pasado. (Foto: El Comercio)
Iván Álvarez Arredondo

El producto bruto interno (PBI) anotó un crecimiento de 2,5% en el 2017, un resultado por debajo de la meta de 2,8% que proyectaba el Gobierno en el último Marco Macroeconómico Multianual difundido en agosto pasado.

El avance de la fue sustentado principalmente por el crecimiento del sector primario, que se expandió 3,06%, según el Instituto Nacional de Estadística (INEI).

En detalle, Minería e Hidrocarburos creció 3,19% el año pasado y mantuvo una trayectoria ascendente por tercer año consecutivo gracias al buen desempeño de la actividad minera metálica.

En tanto, pesca se expandió 4,67% debido a la mayor captura de recursos; y el sector agropecuario avanzó 2,62% por el incremento de la producción agrícola.

También, después de dos años consecutivos con cifras en rojo, el levantó cabeza y aumentó en 2,20% como resultado del aumento del consumo interno de cemento (0,26%) y el avance físico de obras (8,16%).

Sin embargo, el rubro manufactura fue el único que no tuvo una evolución positiva y retrocedió 0,27%, debido a la contracción del subsector fabril no primario (-0,93%).

Para el economista , el factor político fue el principal elemento que impactó negativamente en la dinámica de la actividad económica el año pasado.

“Las constantes diferencias entre el Ejecutivo y el Congreso a lo largo del 2017 complicaron el avance de los componentes de la demanda interna (inversión, consumo y gasto). Si el frente político no mejora, la economía podría seguir sufriendo el impacto este año”, señaló a este Diario.

EMPLEO
De otro lado, la generación de reportó cifras negativas en el país el año pasado. Según el INEI, 4,2 millones personas del área urbana nacional contaban con un trabajo adecuado al término del 2017, cifra que disminuyó 2,8% en relación al año anterior.

Por áreas geográficas, en las ciudades de la costa el empleo formal se redujo en 3,2%; mientras que en las urbes de la sierra y la selva la disminución fue de 2,2% y 0,1%, respectivamente.

El reporte del precisó que las mujeres fueron las más afectadas con la pérdida de empleos formales, pues la reducción alcanzó los 3,9%; mientras que en el caso de los hombres la disminución fue 2,1%.

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