Las redes 5G generarán un mayor consumo de energía. (Foto: Reuters)
Las redes 5G generarán un mayor consumo de energía. (Foto: Reuters)
Marcela Mendoza Riofrío

La revolucionaria red 5G está a la vuelta de la esquina y con ella las ventajas en velocidad de descarga móvil que ofrece. Para ir a los ejemplos más domésticos, recordemos que una película de Netflix se descargará en tres segundos y no en dos minutos, como sucede ahora.

Esta velocidad vendrá acompañada de un mayor tráfico - según Cisco se elevará siete veces para el 2021 - e implicará no solo gastar diez veces más en montar la red, sino que, ya puestas en marcha, conllevarán para el 2026 un consumo de energía hasta 170% mayor, según un estudio elaborado por Vertiv y 451 Research.

“El 5G es la actualización de la red más impactante y desafiante que haya enfrentado la industria de las telecomunicaciones”, remarcan los analistas de 451 Research, quienes reconocen que se acelerará el desarrollo de muchas de las innovaciones requeridas por la Industria 4.0.

Los empresarios aseguran que ya se están preparando para este gran salto. Al menos el 90% de los encuestados a nivel global en el citado estudio consideran que deberán gastar más en consumo energético, lo cual empezará a ser una realidad a partir del 2021. Esto los reta, afirman, a buscar tecnologías y servicios que mejoren la eficiencia en su consumo.

MÁS DATOS: MÁS POTENCIA

El desafío en ahorro energético se ha vuelto más evidente con el paso de los años, al tomar consciencia de que se trasladarán y procesarán más datos y eso implica mayor potencia en los equipos, refieren los analistas.

En el 2014 Vertiv organizó una primera medición de expectativas sobre cómo sería el Centro de Datos y su consumo de energía para el 2025. Este año se realizó una nueva medición en donde se encuentran variaciones en dichas expectativas.

En el 2014, refieren, se había alcanzado un avance en eficiencia energética frente al 2007, pero desde entonces se han estabilizado los indicadores y pese a que la demanda de capacidad ha seguido aumentando, no se ha reducido al mismo ritmo el consumo energético.

En el 2014 los entusiastas encuestados estimaron que para el 2025 el 22% de la energía del centro de datos provendría de la energía solar y un 12% adicional de la energía eólica, ambas fuentes renovables y, por lo tanto, más amigables con el medio ambiente.

Hoy la estimación cayó al 13% y 8%, respectivamente, cifras que los analistas consideran más realistas, aunque ambiciosas, pues ya se ha demostrado que no es tan fácil y accesible cambiar de distribuidores energéticos. Además, ahora se tienen mayores expectativas en torno a la energía hidroeléctrica, también renovable, la cual estiman los entrevistados que será su principal fuente de energía para el 2025.

En América Latina la expectativa de uso de energía solar en data centers es más alta (17%) que en otras regiones. La región también tuvo un alto nivel de confianza en uso de energía hidroeléctrica: 29%. En total, los latinos esperan que el 56% de la energía provenga de fuentes renovables en el 2025.

En los centros de datos se ahorra energía usando productos inteligentes que consumen menos energía al procesar los datos y eligiendo fuentes de energía renovable.
En los centros de datos se ahorra energía usando productos inteligentes que consumen menos energía al procesar los datos y eligiendo fuentes de energía renovable.

LA NUBE Y LOS BORDES

En el estudio también se les preguntó por la preponderancia que tendría el ‘cloud computing’ en el procesamiento de todos esos datos. La previsión varió siete puntos entre el 2014 y el 2019, lo cual indicaría una mejor consciencia sobre qué se podrá manejar en la nube, quien “jugará un papel dominante, pero no exclusivo, en el futuro ecosistema del centro de datos”, señalan.

La mayor adopción del ‘cloud’ ha implicado que cada vez menos empresas tengan centros de datos internos y confíen el almacenamiento de su información en un proveedor externo. Fernando García, gerente general para América Latina de Vertiv, considera que este esquema de mayor uso del ‘cloud’ sí reducirá el consumo energético global, porque es más fácil que un gran centro de datos gestione mejor su ahorro energético que varios medianos. “Sin duda se gana en impacto ambiental”, recalca.

¿Serán los centros de datos los únicos que tendrán más trabajo con 5G? No. Las industrias y ciudades inteligentes usarán muchos sensores que producirán mucha información a lo largo de toda la red. Eso generará una alta demanda de pequeñas estaciones locales a lo largo de [“el borde”] para procesarla. Su implementación, agrega García, ofrecerá eficiencia energética, porque se trata de estaciones simples de bajo consumo. Se tratará de estaciones simples, de bajo consumo energético, que aliviarán la carga a procesar en los data centers.

226% Crecerá la necesidad de pequeñas centrales a lo largo del borde de la red 5G.

“Son inversiones de bajo monto y poco espacio. Hablamos de una cajuela fijada en un poste. O un par de gabinetes dentro de una oficina. No superan los US$ 10.000 y su consumo no va más allá de unos 5KW o 6 KW”, detalla.

El gran reto de ahorro frente al 5G estará entonces, según García, en el gran centro de datos, en donde se necesitará usar tecnología y equipos diseñados para ahorrar su consumo al procesar, lo cual se complementará al alimentarlos de energía proveniente de fuentes no convencionales y de bajo impac

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