"¿Acaso Uber es una empresa miserable porque no es dueña de un solo automóvil?", consulta Reaño. (Foto: elEconomista.es)
"¿Acaso Uber es una empresa miserable porque no es dueña de un solo automóvil?", consulta Reaño. (Foto: elEconomista.es)
Redacción EC

La historia está llena de hechos dramáticos. La hambruna de Irlanda es uno de ellos. Entre 1845 y 1851 Irlanda vio morir o emigrar a más de la mitad de su población. Imagine lo que pasaría si la población del Perú pasara de 30 a 15 millones en seis años. Niños, hombres y mujeres morían en los caminos y ciudades por miles y a diario. Al resto del mundo no le importaba mucho y los irlandeses no parecían saber qué hacer con el problema.

¿Qué pasó? Una plaga afectó los cultivos del principal producto de pan llevar: la papa. ¿Porqué duró tanto? Entre otras razones porque los irlandeses, con terquedad supina, arrojaban las papas podridas y volvían a sembrar más papa. ¡Durante seis años!

Pienso en el empresario que sigue convencido de que su negocio vale más en la medida en que acumule más activos. En el hombre de negocios que solo se siente seguro si tiene terrenos, edificios y máquinas que ver y acariciar cada día. En ese empresario que piensa que su patrimonio vale más mientras más ceros tenga el balance de la empresa.

Año tras año el mercado le demuestra a este empresario que no le interesa lo que tiene invertido en activos. Año tras año se hace cada vez más evidente que el valor de las empresas no está en la cantidad de ladrillos y fierros que acumula. Sin embargo, como el campesino de Irlanda, este empresario, año tras año, repite el mismo comportamiento y aumenta su stock de activos.

Así como los irlandeses ayudaron a labrar el camino que los llevo a su mortal hambruna, algunos empresarios allanan el camino para destruir valor y que sus empresas sean cada vez menos rentables. ¿Acaso Uber es una empresa miserable porque no es dueña de un solo automóvil? ¿Se nos ocurre que AirBnB no vale nada porque no tiene nada invertido en hoteles y departamentos?

Repetir un mismo comportamiento sabiendo que está errado y que destruirá el valor de la empresa, llevará definitivamente a que la empresa valga menos. Y lo que deberíamos buscar es justamente lo contrario.

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