Los Añaños regresan al frente de la multinacional Aje
Los Añaños regresan al frente de la multinacional Aje
Claudia Paan

En mayo del 2015 una noticia movió (más) el mercado de bebidas. Ángel Añaños, el emblemático CEO de , dejaba el cargo. Pero eso no era todo. Luego de 28 años los Añaños Jerí ya no estarían al frente de la gestión diaria de la compañía: el español Juan Lizariturry tomaba las riendas.


Con experiencia en la industria de bebidas (fue director general de la española Castellana de Bebidas Gaseosas) el ejecutivo era una pieza estratégica en el proceso de institucionalización de la multinacional. Así, era quien gestionaría las operaciones, mientras que el directorio –donde estaba la familia– se encargaría de analizar las fuentes de crecimiento.

“Con esta nueva organización que promueve cambios frente a la gestión, el grupo pretende mejorar la calidad y eficacia en la toma de decisiones y el manejo del negocio para seguir creciendo de una forma ética y sostenida”, remarcaban entonces.

Pero Lizariturry no tenía el camino fácil, ya que los resultados y perspectivas de la compañía estaban golpeados por la mayor competencia, las menores ventas, el crecimiento de las deudas y las dificultades en Brasil y México. En este contexto, alcanzar la meta de ser una de las 20 multinacionales más importantes para el 2020 era un gran reto.

¿LA VIEJA FÓRMULA? 
Casi dos años después de esta decisión, la dueña de Big Cola y Cifrut todavía sigue teniendo piedras en el camino hacia su meta al 2020. Su calificación crediticia pasó de BB en marzo del 2015 a B- en febrero del año pasado. A esto se suma que la situación en México y Brasil no ha mejorado sustancialmente. Es más, en este último mercado Aje tuvo pérdidas de US$1,1 millones al primer trimestre del 2016. 

No obstante, continuaron con sus planes de expansión, esta vez mirando a África, bajo el modelo de franquicias y destinando grandes presupuestos a publicidad.
“Se hicieron los cambios, pero los resultados no fueron como lo esperaban. Y esto no por Lizariturry, sino por la situación de los países en los que están”, remarca José Carlos Lumbreras, gerente de desarrollo de proyectos de Perú Top Publications.

En medio de este contexto, y con el hermetismo que caracteriza a la familia ayacuchana, hace poco –informaron a Día1 fuentes cercanas– el ejecutivo español dejó la dirección de Aje

Álvaro Añaños, quien en su momento fue el encargado de las operaciones en Sudamérica y de las áreas de distribución, ventas y márketing del grupo, asume esta posición. Todavía se desconocen –a ciencia cierta– cuáles fueron los motivos detrás de esta movida. En esa línea, Lumbreras plantea dos escenarios. 

El primero es que los Añaños Jerí no se han acostumbrado al cambio que implicaba esta profesionalización. Si bien han sido agresivos en su expansión, su forma de hacer negocios –remarca el investigador– es tradicional.

“Una multinacional típica tiene una forma de trabajo pausada y analítica, este es un gran cambio para una empresa que creció demasiado rápido”, señala.

Otro punto importante, en esa línea, es que si bien Juan Lizariturry tenía amplia experiencia en bebidas, comprender y absorber la filosofía y entendimiento del mercado que tienen los Añaños era una tarea que tomaba tiempo.

“Si han decidido volver al esquema anterior, esto no sería una buena señal para el mercado, ya que en este momento es cuando deberían crear mayor confianza”, indica Lumbreras. Otra razón para la designación de Álvaro Añaños sería que están a la búsqueda de un nuevo CEO y el ejecutivo sea el director interino.

Sea cual fuere la razón, es claro para muchos especialistas que ha llegado el momento en el que Aje sea más conservador con su expansión y consolide los países en los que está, más aun con un panorama incierto en México con las medidas que está tomando Donald Trump.Se hicieron los cambios pero los resultados no fueron como lo esperaban. Y esto no por Lizariturry, sino por la situación de los países en los que están.

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