guerra comercial
guerra comercial

La creció 3,1% en el primer trimestre. Si comparamos el dato con el del trimestre previo (2,2%), se ha acelerado; si vemos cómo estuvo a mediados del año pasado, el ritmo se ha moderado. Lo cierto es que acumula 20 trimestres consecutivos de expansión (su última caída ocurrió en el primer trimestre de 2014) y que en términos anualizados se expandió 3%, su mayor tasa desde el tercer trimestre del 2015 (3,1%).

Mientras tanto, la economía china sigue en desaceleración, y al primer trimestre acumula un crecimiento anualizado de 6,5%. Esta tasa es similar a la que tuvo el primer trimestre de 2009, en medio de la crisis global, pero la gran diferencia con ese período es que la desaceleración actual es parte de un cambio estructural, no un accidente coyuntural.


China es muy hermética respecto a su estadística, pero hemos estimado un indicador desestacionalizado propio. Así, siguiendo la misma metodología que en EE.UU., encontramos que en China el crecimiento del primer trimestre fue 5,8%, mostrando una aguda desaceleración frente al 6,9% del período previo o al 6,6% que se alcanzó en promedio en los ocho trimestres anteriores. Es decir, en las primeras batallas de la guerra comercial, las mayores bajas las ha enfrentado China.

En cuanto a la economía peruana, al calcular el crecimiento como lo hace EE.UU., encontramos que la actividad cayó 4,5% en el primer trimestre, con lo que se registran dos caídas en los últimos tres trimestres. En la práctica, ello indica que en el período de seis meses terminado en marzo, la economía ha estado prácticamente estancada, con un crecimiento anualizado de solo 2%.

Lamentablemente este estancamiento tan discreto que -casi- ni se nota ha venido de la mano con la ausencia desde el año pasado del indicador desestacionalizado de demanda interna, que solía publicar el BCR.

Sin embargo, un cálculo propio del mismo (similar al realizado para estimar el del PBI de China) muestra que la demanda interna ha crecido en el primer trimestre a una tasa anual de 1,7%, sumando ocho trimestres consecutivos de expansión (la última caída fue en el primer trimestre de 2017, en pleno Niño costero), pero con la menor tasa en seis trimestres. Es decir, la demanda interna viene aun mejor que el PBI.

La semana pasada vimos que el sector público explicaba parte importante de la desaceleración. Considerando que la economía peruana es muy sensible al comportamiento de China, el papel de la política fiscal en los próximos meses es -más que el de la monetaria- clave para amortiguar el daño colateral de la guerra comercial.

Contenido sugerido

Contenido GEC