La infraestructura vial, que consta de una pista de concreto, tiene dos carriles en ambos sentidos y recorre los distritos de Lurín, Punta Hermosa, Punta Negra y San Bartolo. (Difusión)
La infraestructura vial, que consta de una pista de concreto, tiene dos carriles en ambos sentidos y recorre los distritos de Lurín, Punta Hermosa, Punta Negra y San Bartolo. (Difusión)

Angus Maddison, fallecido en el 2010, fue un economista inglés pionero en la estimación de cuentas nacionales históricas. En el Perú, la posta en dicha labor la ha recogido Bruno Seminario. Este investigador estima que en 1821 el PBI per cápita en el Perú fue de US$512 anuales, calculados a precios de 1990 y ajustados por paridad de poder de compra, o US$965 a valores actuales. 

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Pero más allá del monto, es de destacar el costo que representó la guerra de Independencia para nuestro país: entre 1816 y 1821, el PBI per cápita del Perú se contrajo en 32,8%. Y en los cinco años posteriores, cayó adicionalmente en 6,3%. Este deterioro se evidencia al comparar la producción por habitante frente a Reino Unido (RU) y EE.UU. En 1816, el PBI per cápita del Perú representaba 46,9% del de RU y 60,5% del de EE.UU.; para 1826, dichos montos se habían reducido hasta 29,4% y 36,7%, respectivamente.

Con miras al primer centenario del país, el gobierno del presidente Augusto B. Leguía emprendió, años antes de 1921, un proceso de modernización que incluyó la construcción de edificaciones que hoy son parte del paisaje del Cercado de Lima e incluso la inauguración de la entonces denominada Avenida Leguía (hoy Arequipa). Las obras continuaron por varios años y abarcaron carreteras, asfaltado, obras de irrigación y trabajos de agua y saneamiento en todo el país.

Como resultado, mientras la producción per cápita del RU cayó entre 1916 y 1921 en 17,6%, y la de EE.UU. lo hizo en 2,5%, la del Perú creció 7,6%, hasta un nivel per cápita equivalente a US$2.863 actuales. Pero esta cifra representaba solo 28,5% del registrado en EE.UU. y 34,2% del de RU. Y la brecha frente a ambos países, especialmente EE.UU., ha aumentado en el largo plazo, pues nuestro PBI per cápita representa ahora solo 23% del de dicho país, recuperándose en parte, pues entre 1988 y el 2005 el promedio fue menor a 15%.

Desde la época de Leguía, los conceptos mismos de capital y de inversión han evolucionado. Así, nos falta capital físico, pero también –o sobre todo– capital humano. Además, no basta con acumular capital, sino que este debe ser más productivo. Así, la mejora de la calidad de los servicios del Estado se hace cada vez más necesaria: reforma del poder judicial, reestructuración de la policía, modernización integral (sobre esto, un dato anecdótico: si una pequeña empresa pagó sus impuestos y quiere acceder a los fondos que hayan quedado en su cuenta de detracciones en el Banco de la Nación, solo puede hacer el trámite durante los cinco primeros días hábiles de enero, abril, julio u octubre).

No esperemos que se acerque el tricentenario para empezar.

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