La guerra que existe entre las marcas coreanas y chinas por dominar el universo de los smartphones a nivel global –y local– podría, según los analistas, tener a Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y sus políticas de bloqueo comercial a China, como un factor que gire la balanza a favor de Corea del Sur.
Durante el 2017, las consultoras Gartner, IDC y Strategy Analytics reconocieron que Samsung, de origen coreano, se mantenía como líder del mercado global, pero destacaron que las marcas chinas venían ganando espacios rápidamente y, sumadas, superaban a la coreana.
Este año sigue Samsung arriba y deja a Huawei tercero con un 11%, pero si se le suma Xiomi, que está cuarta con un 7%, y el 13% de Vivo y Oppo, tenemos a China con un tercio de las ventas mundiales.
Fernando Grados, director de Dominio Consultores, precisa que a nivel local las marcas chinas representan un 33%, sin embargo, el único jugador de peso es Huawei, con 23% en unidades, lo que lo convertiría en el gran afectado si las medidas de Trump se radicalizan.
El otro 10% está atomizado en jugadores muy pequeños, refiere, incluyendo ZTE (2%). “Ese mercado sería absorbido por las marcas coreanas”, apuntó.
A nivel de usuarios, no se sentiría un mayor efecto dada la variedad de marcas disponibles, pero cambiaría la estructura de liderazgo en valores (FOB).
Carolina Gutiérrez, analista de Dominio Consultores, detalla que Huawei goza del primer lugar en importaciones con 28% (US$141 millones de los US$510 millones movidos en el primer semestre).
Las marcas coreanas (Samsung y LG) se han mantenido en lo que va del año con una mayor presencia local y todo indica que seguirían con casi el 40% en unidades. Pero si se observa el origen por fabricación, la foto cambia, porque China es la fábrica del resto de marcas, incluyendo desde la finlandesa Nokia hasta la estadounidense Apple.
De hecho, según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), en el 2016 China era el proveedor del 91% de embarques y puede haber bajado, pero no demasiado. “Es muy poco probable” que se dé un bloqueo radical a toda la fabricación china, remarcó Grados.
RECHAZOS FRECUENTES
Trump dictó recientemente una serie de medidas comerciales contrarias a China y los importadores no saben si saldrán otras que afecten al sector móvil. Estamos ante una política poco amigable que se ha desarrollado desde el inicio de su gestión.
Las agencias de noticias informaron la semana pasada que su administración recomendó no permitir a China Mobile operar en EE.UU., algo que esta intenta desde el 2011. Poco antes se bloqueó la venta del fabricante estadounidense de chips Qualcomm a la asiática Broadcom por US$117.000 millones, aduciendo que perjudicaba la seguridad de Estados Unidos.
Y antes (en enero) se logró que AT&T rompiera un acuerdo para distribuir los teléfonos de Huawei entre sus 130 millones de clientes, porque podía vulnerarse la privacidad de los usuarios. En el caso de ZTE, hubo un bloqueo inicial que fue suspendido ante el compromiso de no venderle a Irán. Y si bien esa decisión alivió a los operadores, no ha eliminado del todo la zozobra.