[Ilustración: Mojix.com]
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Tener acceso a siempre ha sido una señal de ventaja, válida tanto para las personas como para las empresas. A mayor información, mejor posición al momento de tomar una decisión. Las estructuras organizativas en el mundo corporativo en el pasado se construyeron en función de ese privilegio.

Los individuos que manejaban la información, sin compartirla, eran quienes detentaban el poder al interior de las organizaciones, así como las empresas frente a la competencia en el mercado.

Con el tiempo, las empresas fueron evolucionando para estar siempre adelante en el mundo competitivo, usando la información como ventaja. Pero las estructuras organizativas fueron evolucionando, compartiendo mayor información en forma transversal y permitiendo un mejor proceso en la toma de decisiones.

Así, las estructuras piramidales fueron desapareciendo.

Hoy vivimos una era de información. Hemos pasado a una economía en la que predomina la información computarizada, el acceso al Internet, la conectividad y el uso de la comunicación a través del celular. Como individuos, sabemos lo que esto significa, lo rápido que es comunicarnos con otros y cómo estamos transformando nuestra experiencia en la forma que compramos y nos entretenemos. Es la mayor era de transformación en la historia de la evolución de la especie humana.

El cambio es exponencial, todo está digitalizado, todo conectado, dando lugar a conceptos nuevos como la robótica, la inteligencia artificial, el ‘big data’ y las supercomputadoras, entre otros temas.¿Qué significa esto para la empresa?

Hoy construir empresas que tengan como base el análisis de la información como estrategia de crecimiento está dejando de ser una opción. Lo cierto es que la información por sí sola está dejando de ser una fuente privilegiada sobre la cual se pueda construir un elemento diferenciador.

La información ha dejado de ser un recurso escaso y el costo para obtenerla es muy cercano a cero. Hoy, accedemos a cualquier información en segundos: mientras estamos en el tráfico, viajando o incluso en la playa. Lo que significaba un día de investigación en la biblioteca en los años 80, hoy toma menos de 30 minutos.

Incluso, se logra tener acceso a aquello que se considera secreto o “clasificado”. Ahí están Edward Snowden y Julian Assange para probarlo.

Sin embargo, este exceso de información y las estructuras organizativas creadas como consecuencia de este proceso en las empresas las han hecho más burocráticas. Lo cierto es que Internet está modificando nuestros cerebros con un exceso de información, desarrollando una nueva capacidad de inteligencia visual y un aumento en la habilidad para llevar a cabo multitareas, pero generando una disminución de nuestra capacidad de concentración y de contemplación como seres humanos.

Hay estudios que prueban que la sobrecarga de información genera una gran distracción a nivel individual, mucha confusión y un empobrecimiento en el proceso de toma de decisiones.

Hoy se puede tener información de excelente calidad, pero la decisión termina siendo postergada o simplemente relegada en el proceso de análisis de la misma.

Esa necesidad de recuperar la capacidad de atención está llevando a implementar organizaciones que recuperen la esencia de las competencias de las personas.En el futuro, el recurso escaso será más bien todo aquello que no pueda ser digitalizado u automatizado: la emoción, la imaginación, la intuición, la curiosidad, la ética, los sentimientos se convertirán en los recursos más valiosos.

En el futuro, las empresas que no se organicen de una manera distinta, que permita aprovechar al máximo estos recursos, en los que el individuo se convierte en el motor del cambio, tenderán a desaparecer. Se necesita que se modifique esa estructura formal que existe hoy como consecuencia de la era informativa que hemos mencionado.

Es decir, ese tipo de organización basada en la meritocracia y que hoy termina siendo demasiado burocrática como para enfrentar los grandes cambios que se están produciendo en esta nueva era.

Se requiere de una organización que se caracterice por promover un comportamiento flexible, que sea creativo y espontáneo. Hoy, la creencia es que este tipo de organización podrá responder más rápido a los cambios del mundo actual estando más abiertos a nuevas ideas, a la innovación, a la creatividad. Este modelo de organización privilegia el proceso de decisión, de hacer que sucedan las cosas, la acción intuitiva en lugar de buscar la autoridad formal o incluso el conocimiento.

Usa formas más flexibles de gobernanza, crea equipos de solución más focalizados en obtener resultados que en analizar información.

Este concepto no es nuevo, de hecho, se viene hablando de ello hace más de cuatro décadas como una alternativa informal y flexible a la organización burocrática de las empresas. Sin embargo, la velocidad con la que están ocurriendo los cambios hoy en día hace que este concepto tenga toda nuestra atención si es que queremos mantener posiciones de liderazgo en el futuro.

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