Para que las ventas del sector inmobiliario, específicamente de viviendas, retomen los buenos resultados de años anteriores, Giovanni Boldrini, gerente general de Líder, espera que Gobierno, entidades financieras y empresas inmobiliarias caminen de la mano y en el mismo sentido. “Vivienda debe estar entre las prioridades”, afirma. (FOTO: CÉSAR CAMPOS)
Para que las ventas del sector inmobiliario, específicamente de viviendas, retomen los buenos resultados de años anteriores, Giovanni Boldrini, gerente general de Líder, espera que Gobierno, entidades financieras y empresas inmobiliarias caminen de la mano y en el mismo sentido. “Vivienda debe estar entre las prioridades”, afirma. (FOTO: CÉSAR CAMPOS)
/ César Campos
Elida Vega

Decididos a continuar posicionándose en el segmento medio de viviendas, Líder Grupo Constructor también ambiciona que el sector retome los niveles de crecimiento de años anteriores y no cesará en su afán por seguir impulsando construcciones sostenibles. Así lo detalla a Día1 Giovanni Boldrini, quien está al mando de la firma, de propiedad de la familia Wiese Moreyra, desde su fundación.

¿Qué ha sido fundamental para lograr el desarrollo logrado en estos 18 años?

La historia del grupo empieza en el 2001 y pueden haber cambiado muchas cosas en el tiempo, pero nuestra visión de empresa no. Somos bastante consecuentes y queremos ser reconocidos como una empresa socialmente responsable, a eso nos abocamos.

Como parte de esos cambios, ¿qué ha sido lo más difícil, considerando que el sector inmobiliario ha tenido años de altas y bajas muy pronunciadas?

Del 2001 en adelante, sí hubo mucho movimiento en el sector, impulsado por los gobiernos de turno, por la banca y por la propia empresa privada. Pero, hay una demanda enorme que no ha disminuido y aquella baja probablemente obedece a que se han priorizado otros sectores y no vivienda, y quedaron rezagados los cambios que podían haber generado mayor movimiento en el sector.

En su caso, ¿qué han hecho bien para salir adelante?

Siempre hemos estado abocados a atender al segmento medio, así que nos hemos vuelto especialistas y el hecho de ser especialistas nos da cierta ventaja. Hemos tratado de dosificar nuestra cartera, pero siempre alrededor del segmento medio, del B y el C.

Con más de 30 proyectos en su portafolio, la mayoría de viviendas, ¿seguirán priorizando este segmento frente al de oficinas?

Sí, podemos hacer oficinas y otros desarrollos, pero lo nuestro es vivienda, y aunque hemos hecho proyectos para el A, lo nuestro, y en lo que queremos seguir aprendiendo y volviéndonos especialistas, es en el segmento medio y en todos sus subsegmentos.

¿Cómo les fue en el 2019?, ¿cuántos proyectos finalmente lograron lanzar?

Se concretó lo planeado. El resultado económico ha sido positivo y dentro de lo esperado, considerando que tenemos un clima político algo revuelto, con una economía alguito estancada. Hemos desarrollado ocho proyectos, dos en Arequipa y seis en Lima, pero el más relevante es nuestro proyecto en Comas.

¿Cuánto favoreció eso su facturación?

En los dos o tres últimos años, en realidad, el crecimiento ha sido bajo, nos mantuvimos en lo que teníamos y espero que en el 2020 podamos crecer 20%.

¿A qué se debió ese crecimiento casi nulo si los dos últimos años han sido de recuperación para el sector inmobiliario?

No estoy seguro si ha sido tanto de recuperación.

Pero se vendieron más viviendas.

Para nosotros ha sido casi lo mismo. Mirando a nuestros competidores, probablemente haya proyectos puntuales que han tenido algún éxito.

¿En qué se basarán para revertir lo de los últimos años y crecer 20% en el 2020?

Añadiremos un proyecto más en nuestra cartera. En lugar de manejar ocho proyectos, serán nueve. Y, con la velocidad de ventas estimada, tendremos una facturación mayor.

¿Cuánto facturaron en el 2019?

En valor venta de los departamentos cerca de S/200 millones.

¿Este año bordearían los S/250 millones?

Sí.

¿Manejan un número de lanzamientos definido por año?

Nosotros hacemos una prospección y nos planteamos trabajar en un número de proyectos. En el 2019 fueron ocho y este año serán nueve o, si se puede, diez. No nos planteamos más, porque el 2020 se avizora como un poco atípico por temas políticos y, particularmente, no creo que haya un crecimiento explosivo que permita que proyectemos sacar tres o cuatro proyectos más.

Tienen presencia en Lima y Arequipa, ¿están mirando otras provincias?

En las épocas buenas, teníamos una sede que veía todo el norte y la sede en Arequipa estaba concebida para que vea todo el sur, pero el sector retrocedió. Hemos cerrado la del norte, ya no tenemos ninguna operación, y en el sur nos hemos focalizado en Arequipa.

¿Ven posible su retorno al norte?

No, no lo tenemos previsto por lo menos en los próximos dos o tres años.

El segmento de oficinas siguió dinámico, ¿volverán al corporativo?

Siempre analizamos opciones en todos los segmentos y si encontramos una buena oportunidad, la vamos a tomar. Nos gusta vivienda y, dentro, el segmento medio.

¿No los seduce retornar al segmento alto?

Sí, y estamos trabajando en un proyecto en Miraflores para el segmento A+.

Pero, de los nueve proyectos, ¿el grueso seguirá siendo el segmento medio?

Sí, el 80% y lo otro será en lo que encontremos más atractivo para desarrollar. Si vemos una buena oportunidad en oficinas o en el A, lo haremos, pero son oportunidades.

En los edificios multifamiliares, ¿tentarán suerte con los proyectos mixtos?

Estamos por lanzar un proyecto de viviendas con área comercial en los primeros pisos. Y Mambo, nuestro proyecto de Comas, también contempla una parte comercial, de oficinas y consultorios.

Además del respaldo de los Wiese Moreyra, ¿trabajan con fondos de inversión?

La mayoría de proyectos los hemos trabajado con fondos de inversión locales y extranjeros. Además del aporte que hace la empresa, también se financian con socios y con apalancamiento bancario.

¿Piensan generar un fondo propio?

No, hoy ya contamos con la confianza de varios fondos.

Están próximos a cumplir sus dos primeras décadas en el mercado, ¿cómo se ven?

Consolidados. En el 2019 hicimos nuestro planeamiento a cinco años para consolidarnos como una empresa socialmente responsable y eso incluye preocuparnos por todos nuestros ‘stakeholders’: clientes, colaboradores, proveedores y socios.

¿Con cuántos proyectos se ven en el 2023?, ¿y tras una facturación de S/250 millones en el 2020, a cuánto aspiran?

La proyección que hemos hecho, y en la que creo personalmente, es que va a ser una pendiente no tan empinada. Aspiramos a un crecimiento de 20% anual.

¿Hablamos de una facturación de entre S/400 y S/450 millones al 2023?

Sí, y nos encantaría poder llegar a esas cifras.

Estando al frente de Líder desde su fundación, ¿cuál es su meta personal?

Primero, ser reconocidos en el mercado como una empresa socialmente responsable, que no es filantropía, y que la gente reconozca que los proyectos de Líder impactan positivamente en el planeta, que no es algo lírico ni poesía, porque sí se puede hacer.

¿Qué le pediría al Gobierno para que el desarrollo del sector inmobiliario siga cuesta arriba?

¿Qué le podemos pedir? Imagino que cada gobierno que entra tiene una prioridad, algunos priorizarán educación o salud, pero vivienda debe estar entre las prioridades, a pesar de que al país le falten varias cosas.

Desde su punto de vista, ¿qué ha sido fundamental para lograr un desempeño positivo del mercado?

En estos últimos años, no ha habido ningún cambio relevante en lo normativo y por eso creo que no se han dado grandes cambios. Si todos los factores están alineados, la cosa funciona, y para eso tienen que estar alineados el Gobierno, la banca y los inmobiliarios. Pero, cuando hablo de normas, hablo en general, todos tienen que estar alineados, porque el éxito de los años 2013 y 2014 obedece a eso, todos estaban focalizados en lograr que se vendan muchas viviendas en el Perú.

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