Nissan 370Z
Nissan 370Z
Leslie Salas Oblitas

Aseguran ser la segunda con la mejor satisfacción percibida por el cliente en venta y posventa en el país, punto de partida que le permitiría a pelear el liderazgo del sector automotor, luego de dos años (2016-2017) complicados en términos de ventas y participación.

La marca japonesa, antes en manos de y desde enero pasado con operación directa en el Perú, señala que el plan inicial es cuidar a los clientes que ya tienen y trabajar en la satisfacción de los que puedan llegar a usar un auto Nissan.

“Esto garantiza, en un mediano y largo plazo, tener cimientos sólidos que se traducirán, finalmente, en una mayor venta y participación”, señala Rubén Quintana, director general de Nissan Perú.

Otros de los ases bajo la manga de la firma en el Perú son y serán las renovaciones de productos y la competitividad de los mismos en precio y prestaciones.

“Este año, por ejemplo, nuestra mejor carta de presentación es la nueva X-Trail y la Qashqai. Así como la Urvan que se lanzará próximamente; además vendrán muchas más novedades en los próximos dos años”, señala.

El ejecutivo comenta que la compañía está mirando al presente desde el futuro. Prueba de ello es el concepto de ‘Nissan Intelligent Mobility’ que consiste en proveer a sus clientes con experiencias de manejo seguras y de mayor conectividad, explica.

CON PENDIENTE POSITIVA

Rubén Quintana remarca que no están, por ahora, preocupados en recuperar los números del 2017, pero sí en terminar el 2018 con una pendiente positiva.

En el primer cuatrimestre del año Nissan registró 1.412 unidades inmatriculadas, cifra bastante lejana a los 4.057 vehículos comercializados en el mismo periodo del 2017, según estadística de la Asociación Automotriz del Perú (AAP). Asimismo, la marca pasó de un ‘market share’ de 7,4% en el 2016 a 5,9% en el 2017.

Quintana sostiene que este comportamiento negativo no fue lo que motivó a que la compañía tomara la decisión de montar su propia subsidiaria, sino que partió de un plan estratégico global establecido hace cuatro años cuando Nissan Motor Company decide tomar a Latinoamérica como una región, lo cual implicaba el aterrizaje directo en mercados estratégicos.

Los países que priorizó el fabricante fueron Brasil, Argentina, Chile y por último el Perú, que está entre los cinco mercados más grandes de Latinoamérica y donde la compañía ve un mayor potencial en el mediano y largo plazo, anota Quintana.

Nissan llega justo cuando el Estado decidió gravar con el 10% (por concepto del impuesto selectivo al consumo) a los autos nuevos, medida que, según Quintana, no alterará su plan estratégico. “Lo que haya que ajustar se hará, no estamos preocupados”, puntualiza.

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